martes, octubre 31, 2006

So What

Mi contacto con el jazz empezó tarde, o temprano, según se mire, a los 16 años más o menos. Hasta entonces, lo más que conocía era el llegar a casa de mi abuela el día de navidad, y escuchar de fondo a mi tío trabajando en el despacho con una música rara de trompetas y la cosa esa que tocaba Lisa Simpson. Mi tío todas las navidades siempre graba un recopilatorio de música y nos lo regala a todos los sobrinos y amigos suyos. Así he conocido a algunos grandes músicos como Ottis Reding, Ben Webster, Chet Baker, Bill Evans, John Coltrane, Fine young cannibals o Keith Jarret. Variados estilos, pues el eclecticismo es algo que siempre he considerado muy muy correcto, y por suerte, yo lo poseo. Me horrorizaría vivir por y para un estilo, como la mayoría de paletos culturales, a los que yo particularmente desprecio.

Pero hace unos años, me pasó algo asombroso. Como mi tío veía que ese tipo de música empezaba a gustarme, aprovechó la reedición del Kind of blue, y me lo regaló. Yo en aquel momento, a los 17 años, conocía algo de la base del jazz, pero jamás pude pensar que con el tiempo podría llegar a gustarme tanto. Comencé usandolo de relajante a la hora de estudiar, para con el tiempo ir dándole más uso hasta convertirlo casi en algo sagrado en mi casa, porque el Kind of blue, que por aquel entonces yo llamaba Kind of blues, se convirtió en uno de mis discos de cabecera.

Y es normal, puesto que es de esas extrañas coincidencias donde se comienzan a juntar genios y tiene que salir algo grande sí o sí. Pocas veces se juntaron en un estudio de grabación tantas mentes prodigiosas como aquí: Miles Davis, John Coltrane, Bill Evans... algo así sólo ocurre en ocasiones muy especiales, como el Concert for Bangladesh, y sientes que presencias algo mágico cuando formas parte de ello, y que ha generado numerosos fans en el transcurso de los años, como Richard Wright, teclado de Pink Floyd, cuya estructura compositiva con el teclado en Dark side of the moon se vio influenciada por los genios de Coltrane y Davis.

Y creo que no hay nada mejor para un post como este que la pieza con la que comienza la obra maestra de Miles Davis



Aprovechar este post para conmemorar el 15º aniversario de la muerte de Miles, que fue el 28 de septiembre, pero no importaba, estábamos más pendientes dle nuevo novio de Belén Esteban o de quien follaba con quien en Gran Garrulo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Por suerte mis padres escuchaban esta música y desde bien pequeña, bueno cuando tenía menos edad, la conocía. Bueno mis padres son como tu tío, un poco de todo.
Lo dicho antes bájte lo de the five y ahora me voy a bailar que me están dando ganas.

haujavi dijo...

Mis padres no escuchaban música, la verdad, ni siquiera mis hermanos escuchaban este tipo de música, bueno, en verdad ni yo mismo me he puesto a escucharla a propósito, más que nada porque a mí precisamente lo que me gusta del jazz es que nunca son dos veces la misma canción. Yo creo que es de las músicas que pierde más al simplemente oírlas en vinilo, cd, casette o lo que sea. Es mejor oírlo en directo.

Blog dijo...

Total y absolutamente de acuerdo con Javi, si todas las músicas son para escucharlas en directo, el jazz totalmente, sin duda. Por cierto, ahora empieza el "festival" de jazz de Madrid, ¿alguna sugerencia ya que no he podido ver el cartel?

Yo la reedición del Kind of Blue la gané en una apuesta ;)

Anónimo dijo...

Un disco perfecto, una canción perfecta (a nota de curiosidad, tanto Gerry Mulligan como The Cure tienen una canción con el mismo título). En la lista de genios no te olvides de citar a Paul Chambers, contrabajista sobrio pero perfecto (con qué naturalidad clava los ritmos, el cabrón).

Y éste es el disco favorito también de Ray Manzarek.

Ángel dijo...

Pese a que la pieza es de las grands de verdad,creo que realmente me apasionó el jazz cuando lo vi en directo.Y aunque tengo bastantes discos en casa (y si son de jazz son en vinilo por obligacion),y aunque sin duda me encantan todos,lo de verles tocar,compenetrarse,improvisar,crear...no tiene precio.