miércoles, noviembre 29, 2006

24-2-1943/29-11-2001

¿ Quién le iba a decir a este muchacho de 17 años, cuando fue expulsado de Alemania por trabajar y ser menor de edad, que apenas 3 años después de ello iba a pasar a convertirse en leyenda con los Quarry men, posteriormente conocidos como The Beatles con la inclusión de Ringo Starr a la batería? Pues así fue, apenas 5 o 6 años después, se convertía en el guitarrista principal del grupo más grande que ha dado la historia de la música, pero al mismo tiempo se convertía también en su gran maldición, al quedar relegado su enorme talento a un segundo plano debido al liderazgo de Lennon y McCa. De sus composiciones en The Beatles es casi imposible quedarse con una sola, pero Sinatra llegó a reconocer que Something era la mejor canción de amor que jamás había oído, compuesta a Patti Boyd. Pero su gran obra maestra llegó en su primer disco solitario tras dejar la banda, pues ya había sacado dos en solitario con The Beatles. All things must pass es probablemente el disco que cualquier músico querría hacer, cargado de su variedad musical, y su habitual misticismo. Pero lamentablemente, su estrella se fue apagando con el paso del tiempo hasta que en los 80 volvió a resurgir con Cloud Nine y la fundación de la banda Travelling Wilburis, con algunos genios como Dylan o Roy Orbison. Siempre fue un hombre alejado de cualquier revuelo, y siempre que lo armó fue por una buena causa, como el monumental Concert for Bangladesh, algo que sólo él podía lograr. Pero hace justamente 5 años, George nos dejó, pero no creo que él quiera que pensemos que está en en un lugar peor, puescomo el propio Harrison decía en The Art of dying, la muerte no tiene por qué ser algo malo. Quizás se trate de una superación de nuestras ataduras físicas, y el paso a ser una entidad perfecta, alejada de cualquier preocupación y sencillamente esperar en pos de la eternidad sabiendo que las preocupaciones propias de la vida han desaparecido.



Este año, una de las cosas que me alegraron fue el hecho de poder comprarme al fin All things must pass, y ver el Concert for George grabado en su memoria al año de morir. Fueron Dylan, McCartney, Ringo, Eric Clapton, Billy Preston y más compañeros y amigos que tocaron con él a lo largo de su vida. La verdad es que pasé todo el visionado del concierto con un nudo en el estómago, emocionado, viendo como sus mejores temas eran versionados por grandes músicos, pero sin duda alguna, el momento que más me emocionó fue cuando su hijo Dhani, acompañado de todos los demás, tocaron una canción simbólica, Wah Wah, y que a mi siempre me alegra cuando tengo un mal día. Para mi ese momento supero a cualquier concierto de cualquier otra gran banda de la historia de la música.



Fue conocido como el Beatle solitario, y en realidad lo fue, una figura enigmática, y básica en la historia del rock, aunque un tipo solidario que siempre será recordado por su arte y por su genialidad, por la capacidad de hacernos sentir cosas únicas con cada una de sus composiciones, y por aparecer siempre con una sonrisa en la cara. No puedo escribir nada que le llegue a su altura, así que únicamente, hasta siempre George.

Image Hosted by ImageShack.us

He will be alive while his guitar keeps weeping gently

lunes, noviembre 27, 2006

Stairway to heaven vs. Kashmir

Led Zeppelin es una de esas bandas en las que elegir una única canción para representarlos sería algo casi imposible. Whole Lotta love, Baby i'm gonna leave you, Since I've been loving you, Rock 'n' roll, Immigrant Song, The rain song, Achilles last stand... pero normalmente la canción que se suele utilizar para ellos no es otra que Stairway to heaven. Es conocida por ser la canción más pinchada en la historia de la radio estadounidense, y el símbolo de una banda que hizo del misticismo y la leyenda su bandera. De ella se ha dicho que contenía mensajes satánicos, que si es una alegoría de Aleister Crowley, que si están fundamentadas en los escritos fantásticos del maestro J.R.R. Tolkien... numerosas leyendas, la gran mayoría infundadas, y basadas en alguna fantasía de un yonki de los 70 que creyó oír que Satán le hablaba a través de la voz al revés de Robert Plant. Lo que si es cierto es que es una canción perfecta. Desconozco si es la mejor canción de la historia, pero no estaría sobrante ahí si se la eligiera así. Me parece una de esas canciones que sólo se hacen una vez, y que por mucho que un grupo quiera volver a repetir ese nivel, jamás lo conseguirá. Tiene épica, tiene romanticismo, tiene ópera, tiene rock duro... en sí podría decirse que es una ópera de 8 minutos, conteniendo en ella altibajos, fluctuaciones en la composición, para acabar con un final apoteósico y con el llamado "mejor Solo de todos los tiempos". Jimmy Page y John Paul Jones afirmaban con rotundidad que era la mejor canción que habían hecho, y la que mejor representaba el espíritu Led Zepp... ahora entenderéis el por qué del vs. del título.



Y es que Robert Plant y John Bonham consideraban la mejor pieza del Physical Graffiti como la mejor canción de la banda y la que mejor representaba sus sentimientos como grupo musical. Y es que por raro que parezca, teniendo a un monstruo de los riffs como Jaime Página en la banda, el que creó este riff no fue otro que el genial Bonzo. Y es que con sus "árboles" consiguió crear un riff pesado, duro, que da sensación de que se va a romper la batería, algo que en él no es de extrañar, y de lo que puede dar cuenta Ian Paice. Aunque lo cierto es que, en principio, el origen de la temática de la canción viene de un viaje de Plant y Page a Marruecos, y consumidos por no sé qué sustancia, que debía ser muy potente, visto lo visto el resultado de la canción, decidieron componer una pieza casi tan emblemática como Stairway to heaven, y les salió esta muestra del rock más duro que se pueda escuchar jamás, y que deja en bragas a todos esos sucedaneos de heavy salidos ahora y que quieren ser más duros y malotes que nadie. La canción destaca también por no tener ningún Solo de Jimmy Page, por lo que ha sido considerada por algunos como menos e imperfecta... insensatos. El otro día estaba viendo Ocean's twelve en mi casa, y de repente me empiezo a descojonar cuando Matt Damon dice: Oh, let the sun beat down upon my face, stars to fill my dream. I am a traveler of both time and space, to be where I have been. Mi padre se me queda mirando y me dice: niño, ¿Tú eres gilipollas o qué te pasa?. Probablemente, el 99% de los que vieron la película no entendieron el chiste, pero eso pasa por no tener cultura musical...



Disfrutad ambas y decid cuál os gusta más, y si estás de parte de Page y Jones, o de Plant y Bonham.

Quién acierte qué canción posteo el miércoles y por qué, a lo mejor se lleva un premio.

viernes, noviembre 24, 2006

Dee

Randy Rhoads es uno de los mejores guitarristas que ha dado el siglo XX, más completo, casi perfecto. Pero también tuvimos la desgracia de que pasó a la leyenda demasiado pronto. Su estilo con la guitarra es sencillamente de un absoluto genio. Contando con una base de música clásica, Randy supo sacar todo el jugo que pudo a los escasos 4 discos que publicó en vida, dos con Quiet Riot, y dos con Ozzy Osbourne, el primero de ellos Blizzard of Oz, es uno de esos discos que sólo salen una vez en la vida, perfecto. Fue un tipo capaz de conjugar técnica y creatividad como pocos ha habido en la historia de la música, siendo un tipo que metía sus (brutales) solos en beneficio de la canción, y de la banda, y no para lucir más que ningún otro miembro y ser la estrellita, creando riffs únicos como los de Crazy Train u Over the mountain, aunque sigue siendo etiquetado como corremastiles. Y sus solos son de los más completos que he llegado a ver. Cuando he visto tocar a gente alguno de sus solos, especialmente el de Mr. Crowley, te planteas: ¿Por qué se empeñan en tocar lo perfecto si sus torpes dedos apenas son capaces de tocar un acorde?

Yo le descubrí en mi último año de colegio, hablando con Marquitos, probablemente mi mejor amigo de Umbrete, sobre guitarristas. Empezamos a nombrar a varios, y mientras él se iba por Kirk Hammett, Adrien Smith o K.K Downing, yo elegía a Jimmy Page, Eric Clapton, Jimi Hendrix o Pete Townshend. Entonces, un amigo suyo, cuyo nombre no recuerdo, dijo: ¿No habéis oído a Randy Rhoads con Ozzy? Y ambos nos quedamos con cara de estúpido, porque a mi ni me sonaba. Yo hasta ese momento, consideraba sacrilegio todo lo relacionado con Ozzy post Black Sabbath, hasta que escuhé Crazy Train. Escuchar ese ritmo, sa velocidad, esos solos... fue como escuchar una guitarra completamente nueva, dentro de un movimiento musical que se basa en la repetición de los mismos cánones. Al poco de conocer a Randy Rhoads, conocí a su homónimo sevillano no sindicado, mi pequeño e impío sosías Randy.

Decenas de imitadores randynianos han surgido tras escucharlo. Con poner Youtube ya lo ves. Y cometen un gran sacrilegio, tocan Dee con eléctrica. Es como freír jamón de Jabugo, como mezclar un vino de crianza con Coca Cola... un crimen que debería estar penado por la ley. Esta es una canción que para él, y para todos sus fans, entre los que me incluyo, guarda un componente sentimental, pues está compuesta en honor a su madre Dolores, cuyo diminutivo es Dee, y que es como una especie de testamento musical, siendo su pieza más personal e íntima, y en la que se puede apreciar que es algo más que un mero corremastiles...

Aquí os dejo la primera versión, la original de estudio del Blizzard of Oz



Y aquí la versión en directo que grabaron en el Music Hall de Cleveland, uno de esos instantes de pura magia, donde se le puede escuchar tocando como si estuviera a nuestro lado...

jueves, noviembre 23, 2006

One

Yo de U2 no puedo decir demasiadas cosas... al menos demasiadas cosas buenas. Son un grupo con el que intento tener el menor contacto, pues siempre me ha parecido que su música es una mascarada barata al servicio de los intereses del señor Bono (el cantante, no el minijjjtro). Musicalmente, destacaría a The Edge. Aunque no me parece un genio de la guitarra, si me parece un tío con bastante técnica, aunque ciertamente, con escasa creatividad.

Canciones suyas que me guste... 2, 3 como mucho. Una de ellas es In the name of the father, el tema central de la banda sonora de En el nombre del padre, que precisamene pusieron ayer en Canal Sur. Y otra canción del, si no recuerdo mal, Achtung baby, donde la batería suena a pura batería, no a producción sintetizadora que cambia todos los instrumentos, algo que yo aborrezco. Esta que voy a poner ahora la he escuchado ahora mismo, puesto que se debe a que el mariconeti me ayudó a poner canciones aquí sin necesidad del puto radioblog, que no funciona, y qué menos que hacerle esta pequeña dedicatoria-petición.

U2 es un grupo que, como ya he dicho antes, me parece una mascarada total para engrandecer a Bono, un cantante con ínfulas de Dios, que se cree capaz de poder mover el mundo solo, y que tiene el concepto de si mismo como si fuera el nuevo Gandhi. Es irónico que un hombre que quiere ir de solidario destaque por ser un hombre que vive en la más absoluta opulencia y cuyo símbolo son unas gafas de ultradiseño modernísimas y que, por supuesto,costarán un riñón...

¿Lo mejor que han hecho? Esto sin duda



Y bueno, no voy a seguir poniendo a caer de un burro a esta panda de irlandeses, que en el fondo tendrán alma de borrachuzos...

lunes, noviembre 20, 2006

Go all the way

La primera vez que escuché a esta banda, se me vinieron dos cosas a la cabeza. Beatles y Who. Y ciertamente, al igual que a los Vanilla, a The Raspberries los descubrí gracias a internet, buscando información de The Who, y la verdad es que se ha convertido en otra de mis debilidades, debido a la inteligente mezcla que hicieron de la British Invasion, y que sobre todo bebieron de la fase Mod, con unas guitarras endurecidas del Pete Townshend de Boris the Spider. Pero hablando de influencias, también es cierto que este fue su gran problema, sobre todo en los primeros discos, pues no conseguían desmarcarse de la senda de los Fab Four y The Who, haciendo algo demasiado parecido, aunque brillante no obstante, sobre todo en alguna canción cantada con piano, que parece directamente de McCa.

Un grupo del que, sinceramente, sé pocas cosas, aunque he de reconocer que su primer álbum es sencillamente brillante. The Raspberries es uno de esos álbumes que se abren con una pieza casi perfecta, como hace Whole Lotta Love en Led Zeppelin II o Taxman en Revolver. En el riff principal de Go all the way podemos ver como la mayor influencia de la banda fue la guitarra de Townshend, y unos coros totalmente Beatles. Luego sacan un par de temas que están a la misma altura, como el ágil Come around and see me o la balada I saw the light, muy beatleliana, aunque la mejor canción que tienen, bajo mi punto de vista, es Go all the way, la que vamos a escuchar ahora.

Una última anécdota. Cuando al poco de entrar en la universidad tuvimos que grabar un corto sobre continuidad, nos pusimos al trabajo. Nos llevó toda la mañana, pero al final lo hicimos. Estamos montando el corto, y cuando está acabado, nos disponemos a verlo. Estaba quedando de puta madre, hasta que de repente se escucha un silbido. Era un servidor cantando esta canción, y tirando el trabajo de toda una mañana por la borda. Así que niños y niñas, nunca silbéis.



Quiero pedir disculpas a Hal por no poder poner One, de U2, tal y como le prometí, pero es que el radioblog está farruco. Será la próxima que ponga.

lunes, noviembre 13, 2006

Shotgun

Cuando hace casi dos años me pusieron internet, lo primero que hice fue descargarme varias pelis que tenía pendientes y varias discografías, como Beatles, Zeppelin, Dire Straits, o Deep Purple. Desde entonces, hay una página que para mi se ha vuelto básica, y es Aloha.com. De esa página me ayudé para aumentar mis limitados conocimientos musicales, e intentar descubrir cosas nuevas, algo que mucha gente detesta, especialmente cierto sector que omitiré.

Buscando info sobre mis bandas predilectas, comence a curiosear nuevos estilos. Así cuando busqué cosas sobre Deep Purple me apareció Uriah Heep. Cuando puse The Who, vi que había una evolución del power-pop llamados Raspberries, y cuando puse rock psicodélico, descubrí a uno de esos grupos que normalmente suelen pasar inadvertidos dentro de los grandes circuitos musicales, y que son eclipsados por las grandes bandas. Vanilla Fudge es uno de esos casos que ejemplifica a la perfección lo expuesto. Tienen un ritmo que destaca sobre todo por el batería Carmine Appice, sustituto de Joel Brennan, que desde que lo descubrí, se ha convertido en una de mis absolutas debilidades, pues se marca varios solos tremendos y fue probablemente el que inició el ritmo del heavy, antes incluso que Bonham, Paice o Roger Taylor.

Su primer disco me gustó más bien poco, porque contenía todo versiones de diferentes bandas, entre ella los Fab Four, y ya sabéis que a mi so de versionar a los grandes como que no me gusta. Pero uno de los siguientes álbumes que sacaron, Near the beginning, se convirtió en una de esas piezas de coleccionistas, contando sólo con 5 canciones, pero casi todas ellas a un nivel perfecto. Son probablemente como una versión más endurecida de Jefferson Airplane o The Doors, con retazos del mejor Cream, alcanzando por momentos una brillantez que sólo consiguen las bandas más grandes. Pero al sacar pocos discos, fueron una banda que pasó demasiado pronto a la historia. Una lástima, pero aquí os dejo este temazo del Near the beginning, Shotgun, para que comprobéis el alto calibre de la banda, especialmente del batería.



Por cierto, gracias al mariconeti, he conseguido poner canciones que no están en radioblog. Esta es la primera de ellas, así que ahora, por fin, habrá más variedad.

domingo, noviembre 12, 2006

Once upon a time in America

Hoy tocaba banda sonora. ¡Y qué banda sonora!. Todos sabéis que para mi esta película es algo sagrado, y que mis ambiciones de llegar al mundo del cine provienen de la primera vez que vi esta película a los 8 años. Hay grandes y grandes películas dentro de la historia del cine, grandes obras maestras ante las que solo puedes quitarte el sombrero, pero para mi Érase una vez en América es algo más que una de las grandes películas de la historia. Es una parte de mi vida, y el testamento fílmico de mi director favorito tras Clint. Una película que transpira melancolía y pesimismo, y que es el resumen de una vida cinematográfica. La nostalgia y la tristeza se nota en cada fotograma de la película, siendo un auténtico monumento a la amistad y a la memoria.

Para darle ese toque perfecto sin llegar a ser melodramático y sensiblero, Leone recurrió a su colaborador de siempre, Ennio Morricone, mi compositor favorito, y se sacó de la manga la que es, bajo mi punto de vista, la mejor banda sonora original de la historia del cine. La banda sonora consigue crear una amalgama de sensaciones tan grande por sí sola como si estuvieses viendo la película. Y es diametralmente opuesta a todas las colaboraciones anteriores entre estos dos genios. En los westerns, los temas eran épicos, y algún otro totalmente elegíaco, como el de Hasta que llegó su hora, pero en Érase una vez en América, Morricone supo crear su partitura más intimista, y ponerla al servicio de una de esas películas casi perfectas para hacerla aún más grande.

Ha costado bastante escoger un sólo tema para el post, porque yo ante esta portentosa banda sonora soy como un niño en una tiend de chucherías, y creo que resume bastante bien la película, con un toque bastante melancólico pero con su punto alegre, además de complementar bastante bien mi resacoso y gris sabado.



Si Spielberg describió el cine como la escena final de Senderos de gloria, yo le tomo la palabra y digo lo mismo de la enigmática sonrisa de De Niro.

Image Hosted by ImageShack.us

viernes, noviembre 10, 2006

Baby Snakes

Frank Zappa es un plato difícil de tragar, las cosas como son. Cuando oyes que es un gran guitarrista, piensas: vamos, rock del bueno, del de siempre. Al menos, a mí me paso esto. Y no. El tito Zappa va más allá de la música, transgrede unas normas tanto instrumentales como argumentales que le hacen ser un auténtico iconoclasta de la cultura moderna, y los inicios del tan famoso underground, un auténtico freak. Para poner un ejemplo, muy subjetivos, Zappa es a la música lo que Dalí a la pintura o Tarantino al cine. Poner su increíble talento al servicio del absurdo puro y duro, de la burla y la farsa, una sátira de todos los clichés y de todo lo establecido, lo que le acarreó problemas con la justicia.

Mi descubrimiento de Zappa fue, al igual que el de Pink Floyd, un auténtico despropósito. Estaba en Sevilla Rock un día viendo bandas sonoras, recién acabada la selectividad, y en la sección de oportunidades, vi un disco que me llamó la atención. Era un tipo con la cara completamente pintada de negro y una fregona. Bien, como algunos evidentemente habréis deducido, era la genialidad de Joe's Garage, uno de esos discos únicos dentro de la música. Su nombre me sonaba, pero de los mecheros Zippo, que yo conocía gracias a Pulp Fiction, y busqué la forma de hacerme con ese disco de manera ilegal, puesto que mis prestaciones económicas no eran las mejores tras haberme hecho socio de nuevo en el equipo de mis amores. Empecé a escucharlo una vez me hice con él y lo dejé aparcado durante un tiempo. Me pareció una soberana basura. Hasta que un día, al haber escuchado todo lo que tenía en la playa, me decidí a ponerlo, y comencé a prestar atención a las letras... era sencillamente genial. Una burla al rock, a sus estrellas, y todo con un sentido del humor negrísimo.

Clasificar a Zappa dentro de un género musical establecido es casi tan imposible como dibujar un círculo perfecto a mano alzada. Es la inspiración pura y dura hecha absurdo, con unas letras que van desde sus recuerdos de la telebasura a la guerra, pasando por las armas químicas o la mayor experiencia acido-bufonesca que pueda imaginarse, como es la canción que vamos a tener el grandísimo placer de escuchar. Lo fácil hubiera sido poner Joe's Garage, uno de esos temas grandísimos, pero yo elijo esta pieza auténticamente bufa, más propia de un sueño bañado en ácido que de una composición mínimamente seria... disfrutad del bueno de Frank.

martes, noviembre 07, 2006

Abre la puerta

A día de hoy, Triana suele ser un grupo poco recordado dentro del panorama del rock español, tan lleno de basura como El canto del loco o los más recientes Pignoise, si a eso le consideramos rock, que parece que la tan escuchada 40 Principales sí lo hace. Se podría decir que Triana vienen a ser como Led Zeppelin a la española. Casi todo grupo de rock y flamenco progresivo, surgido en los últimos 25 años, como Barón rojo, Héroes del silencio o Chambao, y demás bandas panorama nacional, le deben mucho a la banda liderda por Jesús de la Rosa, siendo unos adalides del rock español de las últimas generaciones.

Y es que no estamos hablando de unos cualquiera, si no de tres grandes músicos, a cada cual más olvidados hoy en día, un grupo que nació en una etapa aperturista del país, y que buscaba una revolución musical que, por desgracia, a día de hoy sigue sin llegar a pesar de tímidos intentos. Su rock aflamencado tiene los cimientos en dos pedazos de instrumentistas, El Tele, grandísimo batería y una de mis debilidades, y Éduardo Rodríguez, auténtica mezcla de rock y flamenco que sería el compositor junto con el líder, Jesús de la Rosa, uno de esos cantantes que tienen orígenes flamencos y lo saben unir a lo mejor del rock, consiguiendo una mezcolanza de estilos que a día de hoy aún permanece inimitable. Cuando murió en accidente de coche, una de las grandes voces de la música española se fue, dejándonos para siempre un par de obras maestras como El Patio o Hijos del agobio.

Y al hablar de flamenco rock o flamenco progresivo, advierto una cosa: no confundir Triana con esa panda de grupos como Camela, La Húngara o Andy y Lucas que no son más que discos de gasolinera convertidos en superventas por quién coño sabe qué.

lunes, noviembre 06, 2006

Ace of spades

Motorhead es de esas bandas que normalmente no suelen contar con el beneplácito de la gran mayoría del público, siendo defenestrada dentro del circuito heavy que tanto suele ser despreciado, y que yo muchas veces también desprecio por causas ajenas a la propia música (algunos de vosotros ya sabréis por qué). A mi Motorhead me encanta porque es un grupo que no hace otra cosa que rock n roll del clásico, pero endurecido. Quien se tome esto a guasa, que escuche detenidamente su discografía, al final me acabará dando la razón.

Una de las principales cosas por las que me gusta es su voz. A algunos os he comentado la auténtica devoción que siento hacia Lemmy, un cantante bastante peculiar, las cosas como son. Tanto por estética como por voz, el bajista ha simbolizado una forma de entender la música con la que la mayoría de la gente está en desacuerdo: la suciedad. Robert Plant, Paul McCartney, Bruce Dickinson... todos los grandes cantantes del rock moderno destacan por tener una voz de muchos registros, aguda o dura según lo requiera la ocasión, pero sobre todo, voz de mucha calidad... Lemmy no. Lemmy parece que se ha bebido una botella de vodka y se ha fumado 5 puros antes de comenzar a cantar, pero ahí radica su magia. Al igual que Ozzy Osbourne, ejemplifica la fuerza y la sinceridad más que la verdadera virtud musical, ya que Motorhead no es de esa clase de grupos que tienen a genios en todos y cada uno de sus instrumentos. Su guitarra quizás no destaque demasiado, siendo algo monótona, aunque vertiginosa no obstante, y lo ya dicho de la voz de Lemmy... quizás sea Mikkey Dee el mejor instrumento del grupo, un batería cojonudo y rapidísimo.

Pero aún así, son de las mejores bandas de los últimos 30 años, uno de los intocables, de esas que merecen estar en el Olimpo de su género, ya que muchos han intentado imitarla, y se han quedado en meras copias. Y en 1980 lanzaron uno de esos discos perfectos, que cualquiera que se considere heavy debería tener en su colección, el Ace of Spades, que hizo lo que parecía casi imposible, dejar en un segundo plano al Overkill. De este disco es precisamente la canción que he de poner, contra mi voluntad, todo sea dicho... pero no me malinterpretéis, es un temazo, probablemente el gran tema de la banda, pero mi intención era poner algo menos conocido, como Love me like a reptile, Live to win, No class, Eat the rich o una de mis debilidades, Please don't touch, cantada con Girlschool... así que, que me perdone el pequeño impío, pero toca poner la historia del As de espadas debido al escaso repertorio del radioblog.



¿Es bastante con esto, advenedizo metrosexual?

jueves, noviembre 02, 2006

Fire

Cuando se habla de Jimi Hendrix se suele caer en dos graves fallos: Sus canciones más famosas y Jimi Hendrix. Lo primero es fácilmente entendible. Cuando se habla de este absoluto genio siempre se habla de Voodoo child, de Purple Haze, de Hey Joe o de All allong the watchtower. Lo segundo probablemente alguno no lo entienda. Cuando digo que hablar de Jimi Hendrix es un fallo lo que quiero decir es que se olvidan de la Experience. Por mucho que yo considere al bueno de Jimi el mejor guitarra de la historia, me da bastante coraje cuando se le considera un cantante en solitario, y siempre se dejan a un bastante más que correcto bajo como Noel Redding y a uno de mis baterías favoritos, Mitch Mitchel, un tipo que siempre ha estado bastante infravalorado, pero claro, ¿Quién se acuerda de, por ejemplo, Ginger Baker? ¿O Crhis Dreja?. Todos los grandes grupos dejan siempre un reguero de músicos mal llamados "secundarios", y de eso yo sé bastante, porque mi mayor ídolo musical estuvo tapado por Lennon y McCartney.

Cuando se disolvió la Experience, para mi Jimi Hendrix nunca estuvo al nivel de sus primeros discos. Con la fugaz Band of Gypsys no logró sacar algo tan genial como el primer disco de la banda: Are you experienced?. Bajo mi punto de vista, es uno de esos discos perfectos, a los que no le falta nada, y que sería muy difícil, por no decir casi imposible, mejorar. Sin llegar a ese nivel, Axis y Electric Ladyland están a un nivel soberbio también, demostrando que la mezcla que el hácía entre rock, blues, jazz, soul y por qué no, pop, como demuestra Little miss strange, era sencillamente perfecta.

La canción de la que vais a disfrutar es, probablemente, mi favorita de este monstruo de las 6 cuerdas. Ciertamente, no es la más célebre composición del bueno de Jimi, ni su mejor tema, pero tiene un riff sencillamente bestial. Escuchar esta canción por primera vez es como conducir un mercedes a 150 km/h sin frenos... envidio a los que lo hagáis, yo me limitaré a ponérmela una vez más.



Y aquí os dejo uno de esos vídeos donde lo que se contempla no es otra cosa que magia pura y dura, en Woodstock, uno de esos días de la historia por los que yo mataría por asistir, junto al día de la fundación del Sevilla o del día 1 de nuestra era, el día que nació Clint.