sábado, octubre 28, 2006

Comfortably numb

Recuerdo que en mi primer año en Umbrete, en clase de música, los primeros días que no tenía amigos, solía ponerme solo delante, ya que yo no paraba de hablar con el profesor de bandas sonoras y de The Beatles. En esos primeros días, recuerdo perfectamente que otra de mis diversiones era leerme el libro de música. Al final de cada tema, te venía hablando de algún grupo de rock y su influencia posterior dentro de la música. Gracias a ese libro descubrí a los Dire Straits, que a día de hoy es uno de mis 3 o 4 grupos favoritos, a Jimi Hendrix, Nirvana, o a los que nos ocupan ahora, Pink Floyd. Pero a diferencia de los otros 3, mi relación con Pink Floyd empezó realmente mal.

Hablaba del disco más conocido de la banda, el Dark side of the moon, y comentaba el uso que se hizo del sintetizador Korg dentro de la banda. Yo pensé, en mi incultura propia de los 14 o 15 años: puta basura de música electrónica. Un comentario así merece no menos que me fustiguen por haber faltado al respeto de uno de mis grupos favoritos. Y es más, cuando empecé a escucharlos, con empecinamiento propio, casi me obligué a que me gustaran, pasé de ellos. Pensé que era una auténtica basura de música, escuchaba sus discos y me producían la misma sensación que cuando vi por primera vez Taxi Driver: puta basura, ¿Quién coño entiende esta cosa?. Con el paso de los años, al igual que la peli de Scorsese, la banda creada por Syd Barret se convirtió en básica en mi vida musical.

Pero el hecho de que comenzaran a gustarme se produjo por un disco sencillamente genial: The Wall. Es un disco que no tiene otra definición que surrealista... no, yo aún diría más, sobrepasa el concepto de surrealismo para convertirse en una paranoia constante que te cuenta un viaje al interior del fracaso, y que luego llevaría al cine Alan Parker, y que es mi ópera rock favorita, incluso por delante de la grandísima Tommy. Debido a esto, mi intención original era poner Another brick in the wall, mi canción favorita de los Floyd, pero ayer viendo Infiltrados, genial nueva peli de Scorsese, en la banda sonora salía el que es probablemene la canción más célebre de Pink Floyd, Comfortably numb, versionada por el propio Waters y por Van Morrison, y sin los brutales solos de David Gilmour, y qué mejor manera de conocerla mejor que poner aquí a los originales. Aprovecho para dedicársela a la pequeña wei Afi, aunque dudo que se pase por aquí, que fue quien me dijo este verano que Syd Barret había muerto solo en su casa... triste, pero descanse en paz.



Aquí va también la escena de la película



Aviso para navegantes, recuerdo que el comando antiprogre formado pr el Vargas, el pequeño impío y un servidor tiene como modelo e imagen a los Hammerheads de The Wall XD XD

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta esta canción pero hay que reconocer, y de paso te doy envidia, que en vinilo suena mejor

Blog dijo...

De Pink Floyd sólo me interesa el primer disco.

Anónimo dijo...

Ya vi la película y me gustó mucho, y escuche la versión de Van Morrison y me gustó, pero es que aquí no soy muy objetiva

Anónimo dijo...

Ya era hora Tony q pudiera poner un comentario...ya te lo conté xo uno de mis mejores viajes, el último con todas mis amigas juntas antes de comenzar la universidad estará unido siempre a Pink Floyd y el directo de The Wall en Berlín...fui la mayor parte de la ida en tren (8 horas!) escuchándolo. Y sí, The Wall también es xa la mejor ópera rock, x delante incluso de Bohemian Rapsody (lo siento x Tommy). Al principio no apreciaba tanto a Pink Floyd, xo ahora me gusta cada día más, porque si como grupo de música son increíbles, lo jodido es q no son sólo un grupo de música, son mucho más. (habrá q ir a ver Infiltrados..)
Sigue así...ciao!

haujavi dijo...

Esta canción no me gusta aunque la de another brick in the wall sí.

Anónimo dijo...

Copón, la canción más famosa de esas nenas es Money. Y supongo que citar aquí a Scissor Sisters es pecado...

TonyMontanaLuque dijo...

Es pecado, es pecado...