martes, diciembre 19, 2006

Life on Mars

El otro día estaba yo viendo la Premier League en Canal Plus. Era un Manchester United-Manchester City, que finalmente ganó el United, por si a alguien le interesa. Cuando terminó el partido, quité el Digital+ y puse un momento la tele normal, esperanzado de coger en la Sexta Futurama. Pero nada. Total, puse la 1, y cuando me dispuse a apagar la tele, empezó un anuncio, y dije: a mi la música me resulta extrañamente familiar. Era el típico anuncio pretendidamente sentimental que hace ahora TVE con motivo de su 50 aniversario. Y la canción que sonaba es la misma que encabeza el título. Life on Mars, de, si no recuerdo mal, Hunky Dory, de Bowie.

Yo he de reconocer que no soy demasiado fan de Bowie. Si me gusta, y lo suelo escuchar bastante, pero no le considero ni mucho menos uno de los artistas cuya discografía me llevaría a una isla desierta anteponiéndolo a Beatles, Led Zepp o Pink Floyd. No soy ningún experto en su discografía, y apenas hay discos que considere imprescindibles para mi. El que sí sería sagrado sería, sin duda alguna, The rise and fall of Ziggy Stardust. Me parece un disco casi casi perfecto, y mi favorito de este camaleón. Tiene temazos como Ziggy Stardust, Starman o Sufragette City, sobre todo este último, que me recuerda de forma alucinante a Lou Reed y a la Velvet.

Cuando normalmente quiero picar a Mr. Ambiguo le digo que Bowie me parece un mediocre y un músico del montón. No lo pienso, pero la verdad es que algunos de sus discos surgidos a partir de los 80 me hacen pensarlo a veces. Probablemente, estaría dentro del top ten de artistas durante la década de los 70 (siempre presidida por Led Zeppelin y con los Rolling Stones fuera de ella, ¿Por quién me tomáis?), para mí, detrás de Iggy (lo siento mucho, pero entre Bowie e Iggy me quedo con este último). Bueno, en breve espero postear una canción de este señor, pero versionada por Nirvana, que para mí es la única versión de una de esas canciones tan grandes que alcanza el nivel del original, The man who sold the world.

Los dos siguientes post serán dedicatorias, una que debí hacer el domingo, y otra que se me ocurrió ayer mismo mientras ojeaba mis casettes de The Beatles. ¿Quién será?



Por cierto, aviso para el señor Corte inglés, como vuelva a ver un disco de Led Zeppelin en la categoría de heavy al lado de Kiss o demás, le quemo el kiosko, que lo sepa.

viernes, diciembre 15, 2006

Let there be rock

Parto de la base de que todos, al menos una vez en nuestras vidas, hemos escuchado AC/DC. O al menos los nacidos a partir de 1979. ¿Que no? ¿Quién de vosotros no ha escuchado uno de los riffs más famosos de la historia? Como alguno estáis pensando, en efecto, me refiero a Highway to hell, una canción que, por muy sobreexpuesta y radiada que esté, no deja de ser un temazo, y el icono de una banda legendaria.
Y hablando de iconos. Pocas imágenes serán más célebres en la historia del rock que la de Angus Young (Javi, este si es el de los pantalones cortos) vestido de colegial, pegado a su Gibson, haciendo el Duckwalk, en homenaje al monstruo Chuck Berry.

Y es que la primera vez que uno escucha AC/DC, que probablemente será Highway to hell, sabe que esa canción es famosa por algo, porque es de esas piezas que no se olvidan, y una de las cosas que marca su estilo es la voz de Bon Scott. Como dije de Lemmy, quizás sea una voz sucia, y con un timbre un tanto apagado, pero cuando el cabrón se pone frenético, es imposible que no te sientas atraído por su música, porque irradia un carisma abrumador. Y como ha dicho el impçio mayor en su respuesta al post anterior, era una de las personas más queridas del rock de los 70. Ozzy, gran amigo suyo, le compuso, junto con Randy Rhoads, el magno, Suicide Solution. Una casualidad, a mi parecer, es que el mejor álbum de la banda no lo cante él. Back in black es probablemente el mejor disco de AC/DC, que comienza con las campanas de Hell's bells, y aún recuerdo cuando pusieron la canción en el campo del Schalke, todos los sevillistas con el himno del Arrebato y yo con AC/DC. De imaginar lo que podría haber sido ese disco con la voz de Bon Scott se me ponen los pelos de punta. Brian Johnson merece todo mi respeto, porque mantiene el tipo bastante bien, pero no es Bon Scott. El disco se editó así en honor a Bon, todo de negro.

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Es una banda que, como todas las grandes del rock, se basa en el blues. Un blues bastante retorcido y sucio, pero blues al fin y al cabo, y Angus Young supo asimilar todas sus influencias, desde Chuck Berry hasta Robert Johnson, pasando por Jimmy Page o B.B. King, para crear unos riffs únicos y unas melodías que se te quedan grabadas en la memoria. El otro día estaba viendo unos vídeos suyos en Londres, y todos corriendo, y en especial Bon Scott, sin camiseta, y lo que menos parecían era una banda de rock, parecían unos acabaos, un yonki treintañero acompañado de cuatro adolescentes imberbes, en especial Angus Young, que no perdió esa cara de teenager pajillero hasta que no empezó a perder pelo.

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La canción que voy a poner está lejos de ser una de mis favoritas, Let there be rock, ya que yo pensaba poner The Jack, Live Wire (¡QUÉ BAJO!) Dirty Deeds done dirty cheaps, Big Balls, Rocker, o alguna del Higway to hell... pero como al señor Impío le apetecía poner esta, no podía negarme, puesto que acertó la pregunta del anterior post. Enjoy!

lunes, diciembre 11, 2006

¿¿¿???

Hoy voy a poner uno de los post más cortos que jamás se van a ver en este blog, aunque muchos digan que son largos. Voy a proponer algo sencillo: adivinar quién canta. Es su primer grupo, y está fuera del registro por el que se hizo famoso. Entiendo que la mayoría no acierte, pero el Impío mayor no puede fallar. En dos días pondré una canción del grupo de este hombre. Por cierto, si alguien pensaba mirar el título, he cambiado el nombre.




P.D. No me he olvidado de Bowie

viernes, diciembre 08, 2006

Ogre Battle

Alargando la mano acercóse después
al osado señor que en su lecho yacía,
palpó con su garra al heróico Beowulf.
Rápido entonces alzóse el valiente
dispuesto al ataque. Allá de inmediato
quedó convencido el falaz criminal
de que nunca en el mundo, jamás en la tierra,
con otro topó que tan fuerte agarrara.
Terror espantoso le vino en su pecho:
con súbita prisa invadióle el deseo
de huir al fangal con los malos demonios.
¡Encontróse con algo que nunca hasta entonces
allá le ocurriera!

El pariente de Hýglac pensó en las palabras
que dijo esa tarde: apretando con fuerza,
en la garra del ogro los dedos rompió.
El gigante tiraba, el varón no cedía;
el monstruo famoso trataba de huir,
procuraba escapar, si posible le fuera,
a su ciénaga oculta. ¡Su zarpa notaba
en el puño enemigo! ¡Mal en el Hérot
le fue en su visita al feroz malhechor!


Resonaba en la estancia, gran miedo tenía
la gente danesa, los bravos señores
que el burgo habitaban. ¡Disputábanse ambos
con furia terrible el hermoso palacio!
Fue gran maravilla que firme la sala
aguantase el combate, que en pie resistiese
la excelsa morada; pero fuerte la hacían,
por dentro y por fuera, tirantes de hierro
muy bien trabajados. Abundante destrozo
causó entre los bancos que le oro adornaba
-así se refiere- la horrible pelea.
Nunca pensaron los sabios del pueblo
que nadie en el mundo pudiese dañar
de tan mala manera la rica mansión,
la adornada con cuernos, si no era prendida
y quemada en las llamas.

Poderoso y extraño se oía un rugido.
Era mucho el espanto de todos los hombres
del pueblo danés que afuera del muro
escuchaban los gritos, el lamento del ogro
enemigo de dios, su canción de derrota,
el quejido doliente de un ser infernal.
Agarrábalo firme elvarón cuya fuerza
ninguno igualaba de todos los hombres
que entonces vivían. Decidido se hallaba
el señor de guerreros a hacer que muriese
el voraz visitante; no creía que a nadie
trajera provecho el que vivo quedase.
En torno a Beowulf sus bravos blandían
las viejas espadas queriendo salvar
de peligro a su jefe, al famoso señor,
si posible les fuera. Mas aquellos vasallos
de recio coraje, que por todos los lados
poníanle acoso al dañino enemigo,
no hallaban la forma de herirlo de muerte:
al torvo proscrito espada ninguna
que hubiese en el mundo, ni el hierro mejor
abatirlo podía, pues él con su magia
hechizaba las armas, sus filos de guerra.
El destino, no obstante ordenó que este día
su fin llegase al feroz malhechor
y que por siempre se hundiera en el reino infernal
de los malos demonios.

Allá comprendió el que tantas desgracias
le había causado con gozo perverso
al género humano -oponíase a Dios-
que poco su cuerpo aguantarle podría;
por la mano atrapado teníalo el bravo,
el pariente de Hýglac. ¡Cada uno del otro
la muerte buscaba! Dolor espantoso
el monstruo sintió: ahora en el hombro
un hueco mostraba; los tendones saltaron,
rompiósele el hueso. ¡Fue de Beowulf
la gloriosa victoria! Herido de muerte
Grendel huyó a su ciénaga oculta,
a su torva guarida; claramente veía
que al término ya de su vida llegaba,
al fin de sus días. El fiero combate
acabó con las penas del pueblo danés.

Salvó de este modo el de lejos llegado
animoso y prudente, la sala de Hródgar,
la libró de enemigos. Satisfecho quedó
de su hazaña nocturnas. El príncipe gauta
cumplió su promesa a la gente skyldinga,
así terminado con todos los males
y horribles desgracias que antaño sufrieron,
las grandes injurias que mucho agobiaron
al pueblo danés. Como claro trofeo,
el varón victorioso la mano colgó
con el brazo y el hombro -completa se hallaba
la garra de Grendel- de la alta techumbre.

Acabáis de leer un fragmento de la obra de épica anglosajona Beowulf, que narra como el héroe homónimo derrota al ogro Grendel en el palacio del rey danés, que no es Poulsen, por si alguno se lo preguntaba, si no Hródgar. En ella Beowulf logra cortarle el brazo al ogro infernal y lo cuelga en la sala del Hérot, palacio real, a modo de trofeo. Todo ello es un pequeño anticipio para Queen, Ogre Battle, del Queen II. Enjoy it!

lunes, diciembre 04, 2006

Me and the devil blues

Robert Johnson podría ser considerado como la primera leyenda del rock n roll. Pero lo de leyenda va más allá de lo típico que se cuenta de que murió joven y consumido por las drogas. Su vida en sí ya fue leyenda, una auténtica historia de película, y yo llegaría a dudar de su existencia si no fuera por las 29 canciones que dejó y las dos fotos por las que se le conoce. Desde su nacimiento hasta su muerte, todo lo que se sabe de él es que fué un nómada que anduvo por todo el sur de Estados Unidos aprendiendo a tocar la guitarra y follándose a prostitutas y mujeres casadas, además de ser un tipo violento y alcoholizado, una mezcla entre Lee Marvin y Afi. Si normalmente suelo decir que Jimi Hendrix es el mejor guitarrista y el más influyente, se lo debe a este genio, que fue su mayor inspiración cuando el monstruo de Seattle empezó tocando en pequeñas bandas de blues.

Comenzó siendo un guitarrista bastante mediocre, ensimismado más en dominar el uso de la armónica mientras su madre trabajaba en las plantaciones de algodón. De su escasa habilidad para tocar la guitarra y que posteriormente sea recordado como un monstruo del instrumento viene la leyenda, una más, de que selló un pacto con el diablo. Como normalmente se dice, si alguien quiere tocar el mejor blues, debe ir a un cruce de caminos de un estado del sur de los Estados Unidos y tocar unos acordes a las 12 en punto de la noche. Entonces, el diablo se aparecera y se podrá firmar un trato con el que ser capaz de tocar el blues mejor que nadie. Pues bien, yo no dudo de que este hombre lo hizo. La primera vez que lo escuché fue porque el ambiguo Marcos Domínguez me habló de él, hace un año o así, y es de esas cosas que tu piensas: ¿Cómo coño no lo he escuchado antes?.

Algo parecido debió sentir Keith Richard. El otro día, en la Casa del libro, había un gran libro que se titulaba Blues, y la portada era una de las dos fotos por las que se conoce a Robert Johnson. Estuve ojeándolo por encima y contaba qe Keith Richard la primera ver que lo escuchó en casa de, si no me equivoco, Brian Jones, le preguntó a Jones que quién era el otro guitarrista. Richards palideció cuando este le dijo que era únicamente Robert Johnson quien tocaba la guitarra. Maestro de maestros, Led Zeppelin, Clapton, Allman Brothers, Dylan o Grateful Dead le han versionado o han asumido sus composiciones para crear a partir de ellas. En otra categoría van los Rolling Stones, que ni son maestros ni nada, solo unas momias seniles que se dedican a vivir de la época de Brian Jones (chúpate esa, Mick Jagger).

En principio iba a poner mi favorita de Johnson, Preaching Blues, pero creo que con el asunto de la leyenda del cruce de caminos le iba mejor esta. Os dejo con Me and the devil blues.



Por cierto, dicen que murió envenenado por le marido de una de sus amantes. Se admiten apuestas para saber si es cierto.

sábado, diciembre 02, 2006

Wild West End

Jo, es más aburrido que la discografía de Dire Straits. Este ha sido uno de los chistes de Padre de familia que menos gracia me ha hecho, por no decir ninguna. Catalogar a Dire Straits de banda aburrida sólo esta al alcance de garrulos, pijos, canis, y demás calaña. Son los mismos que afirman que El jazz y el blues son un coñazo (Para ellos, jazz y blues es lo mismo) o Lo que tu escuchas es música de viejo (Esto ya me lo han dicho alguna vez). Lo que he de reconocer es que Dire Straits es un grupo de rock atípico. Surgieron en una época en la que, en Inglaterra, si no eras punk o heavy, estabas casi abocado al fracaso, y su base no era otra que el rock clásico de los años 50 y comienzos de los 60, el rock 'n' roll americano.

En aquella época, algo que no fuera atronar los oídos de cualquier forma posible, era un sacrilegio, ya que nacieron en el fin de una época y en el comienzo de otra. Grandes bandas como Led Zeppelin, AC/DC, Black Sabbath, Deep Purple o The Band iban a desaparecer o a cambiar, fuera por lo que fuera. Y en la época del triunfo de Sex Pistols, del Lust for Life de Iggy Pop, del inicio heavy del hasta entonces punk Judas Priest, de la aparición de unos jovenzuelos Iron Maiden, de las dos obras maestras de The Clash, London Calling y Sandinista, que apareciera Dire Straits, fue algo totalmente extraño... aunque refrescante, las cosas como son. Y lo hizo con uno de los temas insignia de la banda, Sultans of Swing, muestra del mejor rock clásico. No sabría decirlo a ciencia cierta, pero dicen que consiguieron fichar por una discográfica cuando tocaron este tema en directo, que sirvió luego como single de su primer disco, llamado como la banda.

Es uno de los escasos grupos que me gusta todo lo que hizo. Tanto su primera etapa, dedicada al rock puro y duro, como la siguiente, con toques de blues, jazz y hasta gospel. Cuando Mark Knopfler descubrió la producción, quizás se le fue un pelín la mano, pero aún así supo sacar temas brutales, como Private investigations, Your latest trick (acojonante el saxo), The man's too strong o Brother in arms. Pero la canción que yo os voy a poner va a ser del primer álbum. Wild west end es una de esas canciones que significan mucho para mi, por nostalgia, y recuerdos. Además, me tranquiliza, y el ritmo de la canción me transporta, por decirlo de alguna manera, ya que es una de las piezas más líricas del grupo. Cuando fui a Alemania con el Sevilla, me pasé buena parte del viaje escuchándola, y es otro de los muchos recuerdos que me unen a esta canción, que quizás no sea la más grande de Dire Straits, pero para mi es la que más significa.


miércoles, noviembre 29, 2006

24-2-1943/29-11-2001

¿ Quién le iba a decir a este muchacho de 17 años, cuando fue expulsado de Alemania por trabajar y ser menor de edad, que apenas 3 años después de ello iba a pasar a convertirse en leyenda con los Quarry men, posteriormente conocidos como The Beatles con la inclusión de Ringo Starr a la batería? Pues así fue, apenas 5 o 6 años después, se convertía en el guitarrista principal del grupo más grande que ha dado la historia de la música, pero al mismo tiempo se convertía también en su gran maldición, al quedar relegado su enorme talento a un segundo plano debido al liderazgo de Lennon y McCa. De sus composiciones en The Beatles es casi imposible quedarse con una sola, pero Sinatra llegó a reconocer que Something era la mejor canción de amor que jamás había oído, compuesta a Patti Boyd. Pero su gran obra maestra llegó en su primer disco solitario tras dejar la banda, pues ya había sacado dos en solitario con The Beatles. All things must pass es probablemente el disco que cualquier músico querría hacer, cargado de su variedad musical, y su habitual misticismo. Pero lamentablemente, su estrella se fue apagando con el paso del tiempo hasta que en los 80 volvió a resurgir con Cloud Nine y la fundación de la banda Travelling Wilburis, con algunos genios como Dylan o Roy Orbison. Siempre fue un hombre alejado de cualquier revuelo, y siempre que lo armó fue por una buena causa, como el monumental Concert for Bangladesh, algo que sólo él podía lograr. Pero hace justamente 5 años, George nos dejó, pero no creo que él quiera que pensemos que está en en un lugar peor, puescomo el propio Harrison decía en The Art of dying, la muerte no tiene por qué ser algo malo. Quizás se trate de una superación de nuestras ataduras físicas, y el paso a ser una entidad perfecta, alejada de cualquier preocupación y sencillamente esperar en pos de la eternidad sabiendo que las preocupaciones propias de la vida han desaparecido.



Este año, una de las cosas que me alegraron fue el hecho de poder comprarme al fin All things must pass, y ver el Concert for George grabado en su memoria al año de morir. Fueron Dylan, McCartney, Ringo, Eric Clapton, Billy Preston y más compañeros y amigos que tocaron con él a lo largo de su vida. La verdad es que pasé todo el visionado del concierto con un nudo en el estómago, emocionado, viendo como sus mejores temas eran versionados por grandes músicos, pero sin duda alguna, el momento que más me emocionó fue cuando su hijo Dhani, acompañado de todos los demás, tocaron una canción simbólica, Wah Wah, y que a mi siempre me alegra cuando tengo un mal día. Para mi ese momento supero a cualquier concierto de cualquier otra gran banda de la historia de la música.



Fue conocido como el Beatle solitario, y en realidad lo fue, una figura enigmática, y básica en la historia del rock, aunque un tipo solidario que siempre será recordado por su arte y por su genialidad, por la capacidad de hacernos sentir cosas únicas con cada una de sus composiciones, y por aparecer siempre con una sonrisa en la cara. No puedo escribir nada que le llegue a su altura, así que únicamente, hasta siempre George.

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He will be alive while his guitar keeps weeping gently

lunes, noviembre 27, 2006

Stairway to heaven vs. Kashmir

Led Zeppelin es una de esas bandas en las que elegir una única canción para representarlos sería algo casi imposible. Whole Lotta love, Baby i'm gonna leave you, Since I've been loving you, Rock 'n' roll, Immigrant Song, The rain song, Achilles last stand... pero normalmente la canción que se suele utilizar para ellos no es otra que Stairway to heaven. Es conocida por ser la canción más pinchada en la historia de la radio estadounidense, y el símbolo de una banda que hizo del misticismo y la leyenda su bandera. De ella se ha dicho que contenía mensajes satánicos, que si es una alegoría de Aleister Crowley, que si están fundamentadas en los escritos fantásticos del maestro J.R.R. Tolkien... numerosas leyendas, la gran mayoría infundadas, y basadas en alguna fantasía de un yonki de los 70 que creyó oír que Satán le hablaba a través de la voz al revés de Robert Plant. Lo que si es cierto es que es una canción perfecta. Desconozco si es la mejor canción de la historia, pero no estaría sobrante ahí si se la eligiera así. Me parece una de esas canciones que sólo se hacen una vez, y que por mucho que un grupo quiera volver a repetir ese nivel, jamás lo conseguirá. Tiene épica, tiene romanticismo, tiene ópera, tiene rock duro... en sí podría decirse que es una ópera de 8 minutos, conteniendo en ella altibajos, fluctuaciones en la composición, para acabar con un final apoteósico y con el llamado "mejor Solo de todos los tiempos". Jimmy Page y John Paul Jones afirmaban con rotundidad que era la mejor canción que habían hecho, y la que mejor representaba el espíritu Led Zepp... ahora entenderéis el por qué del vs. del título.



Y es que Robert Plant y John Bonham consideraban la mejor pieza del Physical Graffiti como la mejor canción de la banda y la que mejor representaba sus sentimientos como grupo musical. Y es que por raro que parezca, teniendo a un monstruo de los riffs como Jaime Página en la banda, el que creó este riff no fue otro que el genial Bonzo. Y es que con sus "árboles" consiguió crear un riff pesado, duro, que da sensación de que se va a romper la batería, algo que en él no es de extrañar, y de lo que puede dar cuenta Ian Paice. Aunque lo cierto es que, en principio, el origen de la temática de la canción viene de un viaje de Plant y Page a Marruecos, y consumidos por no sé qué sustancia, que debía ser muy potente, visto lo visto el resultado de la canción, decidieron componer una pieza casi tan emblemática como Stairway to heaven, y les salió esta muestra del rock más duro que se pueda escuchar jamás, y que deja en bragas a todos esos sucedaneos de heavy salidos ahora y que quieren ser más duros y malotes que nadie. La canción destaca también por no tener ningún Solo de Jimmy Page, por lo que ha sido considerada por algunos como menos e imperfecta... insensatos. El otro día estaba viendo Ocean's twelve en mi casa, y de repente me empiezo a descojonar cuando Matt Damon dice: Oh, let the sun beat down upon my face, stars to fill my dream. I am a traveler of both time and space, to be where I have been. Mi padre se me queda mirando y me dice: niño, ¿Tú eres gilipollas o qué te pasa?. Probablemente, el 99% de los que vieron la película no entendieron el chiste, pero eso pasa por no tener cultura musical...



Disfrutad ambas y decid cuál os gusta más, y si estás de parte de Page y Jones, o de Plant y Bonham.

Quién acierte qué canción posteo el miércoles y por qué, a lo mejor se lleva un premio.

viernes, noviembre 24, 2006

Dee

Randy Rhoads es uno de los mejores guitarristas que ha dado el siglo XX, más completo, casi perfecto. Pero también tuvimos la desgracia de que pasó a la leyenda demasiado pronto. Su estilo con la guitarra es sencillamente de un absoluto genio. Contando con una base de música clásica, Randy supo sacar todo el jugo que pudo a los escasos 4 discos que publicó en vida, dos con Quiet Riot, y dos con Ozzy Osbourne, el primero de ellos Blizzard of Oz, es uno de esos discos que sólo salen una vez en la vida, perfecto. Fue un tipo capaz de conjugar técnica y creatividad como pocos ha habido en la historia de la música, siendo un tipo que metía sus (brutales) solos en beneficio de la canción, y de la banda, y no para lucir más que ningún otro miembro y ser la estrellita, creando riffs únicos como los de Crazy Train u Over the mountain, aunque sigue siendo etiquetado como corremastiles. Y sus solos son de los más completos que he llegado a ver. Cuando he visto tocar a gente alguno de sus solos, especialmente el de Mr. Crowley, te planteas: ¿Por qué se empeñan en tocar lo perfecto si sus torpes dedos apenas son capaces de tocar un acorde?

Yo le descubrí en mi último año de colegio, hablando con Marquitos, probablemente mi mejor amigo de Umbrete, sobre guitarristas. Empezamos a nombrar a varios, y mientras él se iba por Kirk Hammett, Adrien Smith o K.K Downing, yo elegía a Jimmy Page, Eric Clapton, Jimi Hendrix o Pete Townshend. Entonces, un amigo suyo, cuyo nombre no recuerdo, dijo: ¿No habéis oído a Randy Rhoads con Ozzy? Y ambos nos quedamos con cara de estúpido, porque a mi ni me sonaba. Yo hasta ese momento, consideraba sacrilegio todo lo relacionado con Ozzy post Black Sabbath, hasta que escuhé Crazy Train. Escuchar ese ritmo, sa velocidad, esos solos... fue como escuchar una guitarra completamente nueva, dentro de un movimiento musical que se basa en la repetición de los mismos cánones. Al poco de conocer a Randy Rhoads, conocí a su homónimo sevillano no sindicado, mi pequeño e impío sosías Randy.

Decenas de imitadores randynianos han surgido tras escucharlo. Con poner Youtube ya lo ves. Y cometen un gran sacrilegio, tocan Dee con eléctrica. Es como freír jamón de Jabugo, como mezclar un vino de crianza con Coca Cola... un crimen que debería estar penado por la ley. Esta es una canción que para él, y para todos sus fans, entre los que me incluyo, guarda un componente sentimental, pues está compuesta en honor a su madre Dolores, cuyo diminutivo es Dee, y que es como una especie de testamento musical, siendo su pieza más personal e íntima, y en la que se puede apreciar que es algo más que un mero corremastiles...

Aquí os dejo la primera versión, la original de estudio del Blizzard of Oz



Y aquí la versión en directo que grabaron en el Music Hall de Cleveland, uno de esos instantes de pura magia, donde se le puede escuchar tocando como si estuviera a nuestro lado...

jueves, noviembre 23, 2006

One

Yo de U2 no puedo decir demasiadas cosas... al menos demasiadas cosas buenas. Son un grupo con el que intento tener el menor contacto, pues siempre me ha parecido que su música es una mascarada barata al servicio de los intereses del señor Bono (el cantante, no el minijjjtro). Musicalmente, destacaría a The Edge. Aunque no me parece un genio de la guitarra, si me parece un tío con bastante técnica, aunque ciertamente, con escasa creatividad.

Canciones suyas que me guste... 2, 3 como mucho. Una de ellas es In the name of the father, el tema central de la banda sonora de En el nombre del padre, que precisamene pusieron ayer en Canal Sur. Y otra canción del, si no recuerdo mal, Achtung baby, donde la batería suena a pura batería, no a producción sintetizadora que cambia todos los instrumentos, algo que yo aborrezco. Esta que voy a poner ahora la he escuchado ahora mismo, puesto que se debe a que el mariconeti me ayudó a poner canciones aquí sin necesidad del puto radioblog, que no funciona, y qué menos que hacerle esta pequeña dedicatoria-petición.

U2 es un grupo que, como ya he dicho antes, me parece una mascarada total para engrandecer a Bono, un cantante con ínfulas de Dios, que se cree capaz de poder mover el mundo solo, y que tiene el concepto de si mismo como si fuera el nuevo Gandhi. Es irónico que un hombre que quiere ir de solidario destaque por ser un hombre que vive en la más absoluta opulencia y cuyo símbolo son unas gafas de ultradiseño modernísimas y que, por supuesto,costarán un riñón...

¿Lo mejor que han hecho? Esto sin duda



Y bueno, no voy a seguir poniendo a caer de un burro a esta panda de irlandeses, que en el fondo tendrán alma de borrachuzos...

lunes, noviembre 20, 2006

Go all the way

La primera vez que escuché a esta banda, se me vinieron dos cosas a la cabeza. Beatles y Who. Y ciertamente, al igual que a los Vanilla, a The Raspberries los descubrí gracias a internet, buscando información de The Who, y la verdad es que se ha convertido en otra de mis debilidades, debido a la inteligente mezcla que hicieron de la British Invasion, y que sobre todo bebieron de la fase Mod, con unas guitarras endurecidas del Pete Townshend de Boris the Spider. Pero hablando de influencias, también es cierto que este fue su gran problema, sobre todo en los primeros discos, pues no conseguían desmarcarse de la senda de los Fab Four y The Who, haciendo algo demasiado parecido, aunque brillante no obstante, sobre todo en alguna canción cantada con piano, que parece directamente de McCa.

Un grupo del que, sinceramente, sé pocas cosas, aunque he de reconocer que su primer álbum es sencillamente brillante. The Raspberries es uno de esos álbumes que se abren con una pieza casi perfecta, como hace Whole Lotta Love en Led Zeppelin II o Taxman en Revolver. En el riff principal de Go all the way podemos ver como la mayor influencia de la banda fue la guitarra de Townshend, y unos coros totalmente Beatles. Luego sacan un par de temas que están a la misma altura, como el ágil Come around and see me o la balada I saw the light, muy beatleliana, aunque la mejor canción que tienen, bajo mi punto de vista, es Go all the way, la que vamos a escuchar ahora.

Una última anécdota. Cuando al poco de entrar en la universidad tuvimos que grabar un corto sobre continuidad, nos pusimos al trabajo. Nos llevó toda la mañana, pero al final lo hicimos. Estamos montando el corto, y cuando está acabado, nos disponemos a verlo. Estaba quedando de puta madre, hasta que de repente se escucha un silbido. Era un servidor cantando esta canción, y tirando el trabajo de toda una mañana por la borda. Así que niños y niñas, nunca silbéis.



Quiero pedir disculpas a Hal por no poder poner One, de U2, tal y como le prometí, pero es que el radioblog está farruco. Será la próxima que ponga.

lunes, noviembre 13, 2006

Shotgun

Cuando hace casi dos años me pusieron internet, lo primero que hice fue descargarme varias pelis que tenía pendientes y varias discografías, como Beatles, Zeppelin, Dire Straits, o Deep Purple. Desde entonces, hay una página que para mi se ha vuelto básica, y es Aloha.com. De esa página me ayudé para aumentar mis limitados conocimientos musicales, e intentar descubrir cosas nuevas, algo que mucha gente detesta, especialmente cierto sector que omitiré.

Buscando info sobre mis bandas predilectas, comence a curiosear nuevos estilos. Así cuando busqué cosas sobre Deep Purple me apareció Uriah Heep. Cuando puse The Who, vi que había una evolución del power-pop llamados Raspberries, y cuando puse rock psicodélico, descubrí a uno de esos grupos que normalmente suelen pasar inadvertidos dentro de los grandes circuitos musicales, y que son eclipsados por las grandes bandas. Vanilla Fudge es uno de esos casos que ejemplifica a la perfección lo expuesto. Tienen un ritmo que destaca sobre todo por el batería Carmine Appice, sustituto de Joel Brennan, que desde que lo descubrí, se ha convertido en una de mis absolutas debilidades, pues se marca varios solos tremendos y fue probablemente el que inició el ritmo del heavy, antes incluso que Bonham, Paice o Roger Taylor.

Su primer disco me gustó más bien poco, porque contenía todo versiones de diferentes bandas, entre ella los Fab Four, y ya sabéis que a mi so de versionar a los grandes como que no me gusta. Pero uno de los siguientes álbumes que sacaron, Near the beginning, se convirtió en una de esas piezas de coleccionistas, contando sólo con 5 canciones, pero casi todas ellas a un nivel perfecto. Son probablemente como una versión más endurecida de Jefferson Airplane o The Doors, con retazos del mejor Cream, alcanzando por momentos una brillantez que sólo consiguen las bandas más grandes. Pero al sacar pocos discos, fueron una banda que pasó demasiado pronto a la historia. Una lástima, pero aquí os dejo este temazo del Near the beginning, Shotgun, para que comprobéis el alto calibre de la banda, especialmente del batería.



Por cierto, gracias al mariconeti, he conseguido poner canciones que no están en radioblog. Esta es la primera de ellas, así que ahora, por fin, habrá más variedad.

domingo, noviembre 12, 2006

Once upon a time in America

Hoy tocaba banda sonora. ¡Y qué banda sonora!. Todos sabéis que para mi esta película es algo sagrado, y que mis ambiciones de llegar al mundo del cine provienen de la primera vez que vi esta película a los 8 años. Hay grandes y grandes películas dentro de la historia del cine, grandes obras maestras ante las que solo puedes quitarte el sombrero, pero para mi Érase una vez en América es algo más que una de las grandes películas de la historia. Es una parte de mi vida, y el testamento fílmico de mi director favorito tras Clint. Una película que transpira melancolía y pesimismo, y que es el resumen de una vida cinematográfica. La nostalgia y la tristeza se nota en cada fotograma de la película, siendo un auténtico monumento a la amistad y a la memoria.

Para darle ese toque perfecto sin llegar a ser melodramático y sensiblero, Leone recurrió a su colaborador de siempre, Ennio Morricone, mi compositor favorito, y se sacó de la manga la que es, bajo mi punto de vista, la mejor banda sonora original de la historia del cine. La banda sonora consigue crear una amalgama de sensaciones tan grande por sí sola como si estuvieses viendo la película. Y es diametralmente opuesta a todas las colaboraciones anteriores entre estos dos genios. En los westerns, los temas eran épicos, y algún otro totalmente elegíaco, como el de Hasta que llegó su hora, pero en Érase una vez en América, Morricone supo crear su partitura más intimista, y ponerla al servicio de una de esas películas casi perfectas para hacerla aún más grande.

Ha costado bastante escoger un sólo tema para el post, porque yo ante esta portentosa banda sonora soy como un niño en una tiend de chucherías, y creo que resume bastante bien la película, con un toque bastante melancólico pero con su punto alegre, además de complementar bastante bien mi resacoso y gris sabado.



Si Spielberg describió el cine como la escena final de Senderos de gloria, yo le tomo la palabra y digo lo mismo de la enigmática sonrisa de De Niro.

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viernes, noviembre 10, 2006

Baby Snakes

Frank Zappa es un plato difícil de tragar, las cosas como son. Cuando oyes que es un gran guitarrista, piensas: vamos, rock del bueno, del de siempre. Al menos, a mí me paso esto. Y no. El tito Zappa va más allá de la música, transgrede unas normas tanto instrumentales como argumentales que le hacen ser un auténtico iconoclasta de la cultura moderna, y los inicios del tan famoso underground, un auténtico freak. Para poner un ejemplo, muy subjetivos, Zappa es a la música lo que Dalí a la pintura o Tarantino al cine. Poner su increíble talento al servicio del absurdo puro y duro, de la burla y la farsa, una sátira de todos los clichés y de todo lo establecido, lo que le acarreó problemas con la justicia.

Mi descubrimiento de Zappa fue, al igual que el de Pink Floyd, un auténtico despropósito. Estaba en Sevilla Rock un día viendo bandas sonoras, recién acabada la selectividad, y en la sección de oportunidades, vi un disco que me llamó la atención. Era un tipo con la cara completamente pintada de negro y una fregona. Bien, como algunos evidentemente habréis deducido, era la genialidad de Joe's Garage, uno de esos discos únicos dentro de la música. Su nombre me sonaba, pero de los mecheros Zippo, que yo conocía gracias a Pulp Fiction, y busqué la forma de hacerme con ese disco de manera ilegal, puesto que mis prestaciones económicas no eran las mejores tras haberme hecho socio de nuevo en el equipo de mis amores. Empecé a escucharlo una vez me hice con él y lo dejé aparcado durante un tiempo. Me pareció una soberana basura. Hasta que un día, al haber escuchado todo lo que tenía en la playa, me decidí a ponerlo, y comencé a prestar atención a las letras... era sencillamente genial. Una burla al rock, a sus estrellas, y todo con un sentido del humor negrísimo.

Clasificar a Zappa dentro de un género musical establecido es casi tan imposible como dibujar un círculo perfecto a mano alzada. Es la inspiración pura y dura hecha absurdo, con unas letras que van desde sus recuerdos de la telebasura a la guerra, pasando por las armas químicas o la mayor experiencia acido-bufonesca que pueda imaginarse, como es la canción que vamos a tener el grandísimo placer de escuchar. Lo fácil hubiera sido poner Joe's Garage, uno de esos temas grandísimos, pero yo elijo esta pieza auténticamente bufa, más propia de un sueño bañado en ácido que de una composición mínimamente seria... disfrutad del bueno de Frank.

martes, noviembre 07, 2006

Abre la puerta

A día de hoy, Triana suele ser un grupo poco recordado dentro del panorama del rock español, tan lleno de basura como El canto del loco o los más recientes Pignoise, si a eso le consideramos rock, que parece que la tan escuchada 40 Principales sí lo hace. Se podría decir que Triana vienen a ser como Led Zeppelin a la española. Casi todo grupo de rock y flamenco progresivo, surgido en los últimos 25 años, como Barón rojo, Héroes del silencio o Chambao, y demás bandas panorama nacional, le deben mucho a la banda liderda por Jesús de la Rosa, siendo unos adalides del rock español de las últimas generaciones.

Y es que no estamos hablando de unos cualquiera, si no de tres grandes músicos, a cada cual más olvidados hoy en día, un grupo que nació en una etapa aperturista del país, y que buscaba una revolución musical que, por desgracia, a día de hoy sigue sin llegar a pesar de tímidos intentos. Su rock aflamencado tiene los cimientos en dos pedazos de instrumentistas, El Tele, grandísimo batería y una de mis debilidades, y Éduardo Rodríguez, auténtica mezcla de rock y flamenco que sería el compositor junto con el líder, Jesús de la Rosa, uno de esos cantantes que tienen orígenes flamencos y lo saben unir a lo mejor del rock, consiguiendo una mezcolanza de estilos que a día de hoy aún permanece inimitable. Cuando murió en accidente de coche, una de las grandes voces de la música española se fue, dejándonos para siempre un par de obras maestras como El Patio o Hijos del agobio.

Y al hablar de flamenco rock o flamenco progresivo, advierto una cosa: no confundir Triana con esa panda de grupos como Camela, La Húngara o Andy y Lucas que no son más que discos de gasolinera convertidos en superventas por quién coño sabe qué.

lunes, noviembre 06, 2006

Ace of spades

Motorhead es de esas bandas que normalmente no suelen contar con el beneplácito de la gran mayoría del público, siendo defenestrada dentro del circuito heavy que tanto suele ser despreciado, y que yo muchas veces también desprecio por causas ajenas a la propia música (algunos de vosotros ya sabréis por qué). A mi Motorhead me encanta porque es un grupo que no hace otra cosa que rock n roll del clásico, pero endurecido. Quien se tome esto a guasa, que escuche detenidamente su discografía, al final me acabará dando la razón.

Una de las principales cosas por las que me gusta es su voz. A algunos os he comentado la auténtica devoción que siento hacia Lemmy, un cantante bastante peculiar, las cosas como son. Tanto por estética como por voz, el bajista ha simbolizado una forma de entender la música con la que la mayoría de la gente está en desacuerdo: la suciedad. Robert Plant, Paul McCartney, Bruce Dickinson... todos los grandes cantantes del rock moderno destacan por tener una voz de muchos registros, aguda o dura según lo requiera la ocasión, pero sobre todo, voz de mucha calidad... Lemmy no. Lemmy parece que se ha bebido una botella de vodka y se ha fumado 5 puros antes de comenzar a cantar, pero ahí radica su magia. Al igual que Ozzy Osbourne, ejemplifica la fuerza y la sinceridad más que la verdadera virtud musical, ya que Motorhead no es de esa clase de grupos que tienen a genios en todos y cada uno de sus instrumentos. Su guitarra quizás no destaque demasiado, siendo algo monótona, aunque vertiginosa no obstante, y lo ya dicho de la voz de Lemmy... quizás sea Mikkey Dee el mejor instrumento del grupo, un batería cojonudo y rapidísimo.

Pero aún así, son de las mejores bandas de los últimos 30 años, uno de los intocables, de esas que merecen estar en el Olimpo de su género, ya que muchos han intentado imitarla, y se han quedado en meras copias. Y en 1980 lanzaron uno de esos discos perfectos, que cualquiera que se considere heavy debería tener en su colección, el Ace of Spades, que hizo lo que parecía casi imposible, dejar en un segundo plano al Overkill. De este disco es precisamente la canción que he de poner, contra mi voluntad, todo sea dicho... pero no me malinterpretéis, es un temazo, probablemente el gran tema de la banda, pero mi intención era poner algo menos conocido, como Love me like a reptile, Live to win, No class, Eat the rich o una de mis debilidades, Please don't touch, cantada con Girlschool... así que, que me perdone el pequeño impío, pero toca poner la historia del As de espadas debido al escaso repertorio del radioblog.



¿Es bastante con esto, advenedizo metrosexual?

jueves, noviembre 02, 2006

Fire

Cuando se habla de Jimi Hendrix se suele caer en dos graves fallos: Sus canciones más famosas y Jimi Hendrix. Lo primero es fácilmente entendible. Cuando se habla de este absoluto genio siempre se habla de Voodoo child, de Purple Haze, de Hey Joe o de All allong the watchtower. Lo segundo probablemente alguno no lo entienda. Cuando digo que hablar de Jimi Hendrix es un fallo lo que quiero decir es que se olvidan de la Experience. Por mucho que yo considere al bueno de Jimi el mejor guitarra de la historia, me da bastante coraje cuando se le considera un cantante en solitario, y siempre se dejan a un bastante más que correcto bajo como Noel Redding y a uno de mis baterías favoritos, Mitch Mitchel, un tipo que siempre ha estado bastante infravalorado, pero claro, ¿Quién se acuerda de, por ejemplo, Ginger Baker? ¿O Crhis Dreja?. Todos los grandes grupos dejan siempre un reguero de músicos mal llamados "secundarios", y de eso yo sé bastante, porque mi mayor ídolo musical estuvo tapado por Lennon y McCartney.

Cuando se disolvió la Experience, para mi Jimi Hendrix nunca estuvo al nivel de sus primeros discos. Con la fugaz Band of Gypsys no logró sacar algo tan genial como el primer disco de la banda: Are you experienced?. Bajo mi punto de vista, es uno de esos discos perfectos, a los que no le falta nada, y que sería muy difícil, por no decir casi imposible, mejorar. Sin llegar a ese nivel, Axis y Electric Ladyland están a un nivel soberbio también, demostrando que la mezcla que el hácía entre rock, blues, jazz, soul y por qué no, pop, como demuestra Little miss strange, era sencillamente perfecta.

La canción de la que vais a disfrutar es, probablemente, mi favorita de este monstruo de las 6 cuerdas. Ciertamente, no es la más célebre composición del bueno de Jimi, ni su mejor tema, pero tiene un riff sencillamente bestial. Escuchar esta canción por primera vez es como conducir un mercedes a 150 km/h sin frenos... envidio a los que lo hagáis, yo me limitaré a ponérmela una vez más.



Y aquí os dejo uno de esos vídeos donde lo que se contempla no es otra cosa que magia pura y dura, en Woodstock, uno de esos días de la historia por los que yo mataría por asistir, junto al día de la fundación del Sevilla o del día 1 de nuestra era, el día que nació Clint.

martes, octubre 31, 2006

So What

Mi contacto con el jazz empezó tarde, o temprano, según se mire, a los 16 años más o menos. Hasta entonces, lo más que conocía era el llegar a casa de mi abuela el día de navidad, y escuchar de fondo a mi tío trabajando en el despacho con una música rara de trompetas y la cosa esa que tocaba Lisa Simpson. Mi tío todas las navidades siempre graba un recopilatorio de música y nos lo regala a todos los sobrinos y amigos suyos. Así he conocido a algunos grandes músicos como Ottis Reding, Ben Webster, Chet Baker, Bill Evans, John Coltrane, Fine young cannibals o Keith Jarret. Variados estilos, pues el eclecticismo es algo que siempre he considerado muy muy correcto, y por suerte, yo lo poseo. Me horrorizaría vivir por y para un estilo, como la mayoría de paletos culturales, a los que yo particularmente desprecio.

Pero hace unos años, me pasó algo asombroso. Como mi tío veía que ese tipo de música empezaba a gustarme, aprovechó la reedición del Kind of blue, y me lo regaló. Yo en aquel momento, a los 17 años, conocía algo de la base del jazz, pero jamás pude pensar que con el tiempo podría llegar a gustarme tanto. Comencé usandolo de relajante a la hora de estudiar, para con el tiempo ir dándole más uso hasta convertirlo casi en algo sagrado en mi casa, porque el Kind of blue, que por aquel entonces yo llamaba Kind of blues, se convirtió en uno de mis discos de cabecera.

Y es normal, puesto que es de esas extrañas coincidencias donde se comienzan a juntar genios y tiene que salir algo grande sí o sí. Pocas veces se juntaron en un estudio de grabación tantas mentes prodigiosas como aquí: Miles Davis, John Coltrane, Bill Evans... algo así sólo ocurre en ocasiones muy especiales, como el Concert for Bangladesh, y sientes que presencias algo mágico cuando formas parte de ello, y que ha generado numerosos fans en el transcurso de los años, como Richard Wright, teclado de Pink Floyd, cuya estructura compositiva con el teclado en Dark side of the moon se vio influenciada por los genios de Coltrane y Davis.

Y creo que no hay nada mejor para un post como este que la pieza con la que comienza la obra maestra de Miles Davis



Aprovechar este post para conmemorar el 15º aniversario de la muerte de Miles, que fue el 28 de septiembre, pero no importaba, estábamos más pendientes dle nuevo novio de Belén Esteban o de quien follaba con quien en Gran Garrulo.

lunes, octubre 30, 2006

Oh! sweet nuthin'

"Mis tres discos duros se llaman Iggy Pop, David Bowie, y Lou Reed". Esta grandísima frase fue pronunciada por el Yonki Obeso más grande de todos los tiempos un día camino a la Alameda, y sirvió para afianzar mucho más nuestra relación, que por aquellos tiempos estaba comenzando a nacer y que con el tiempo se ha convertido en muy muy fructífera, y una de ls cosas en las que se basa nuestra amistad es nuestra común adoración por el bueno de Lou, aunque he de reconocer que el Vargas aquí me gana... tanto, que un día llegó a afirmar que su deseo es probar la heroína por Lou Reed.

Descubrí a la Velvet, y más concretamente a Lou Reed, cuando me quedé un fin de semana a dormir en casa de un amigo mío, en tiempos del Napster, y empezamos a bajar canciones. Llegó a mis manos, o a mis oídos mejor dicho, una llamada Sweet Jane,y que al principio tampoco me llamó la atención... claro que tampoco me la llamó en su momento Like a rolling stone. Con el tiempo, comencé a escucharla, y recuerdo que en una navidad me conseguí casi todos los discos de la Velvet, grabándolos de un sitio y de otro, para luego comenzar a buscar discos de Lou Reed en solitaro, hasta descubrir ese soberbio directo que es el Live in Italy, de los mejores que se han hecho junto al Made in Japan de Deep Purple o The song remains the same de Led Zeppelin, convertido en película meses después.

Esta mañana, después de la facultad, me he ido a dar una vuelta al centro, y me he metido en Sevilla Record (o Record Sevilla, como guste) a ver camisetas y discos que me llamaran la atención, y a ver si le encontraba al borrachuzo el White Album. Y sí, ha sido un momento fructífero, porque, además de alguna joyita de Queen, he visto el vinilo del Live in Italy del señor Reed, y se me ha venido un aire de felicidad... ufff. Más ahora que mi madre me ha dicho que ha arreglado el vinilo. Probablemente vaya en breve a hacerme con él, pues estaba a un jugoso precio de 6€.

Ayer decidía que canción poner, o si en cambio colocaba aquí al bueno de Hendrix. Al final, en consenso con mi gurú musical, me decidí por poner a la Velvet, tras la confusión Loaded-Transformer, y en principio estaba estipulado poner algo fácil, poner Sweet Jane o Heroin, para así facilitar su audición, pero al final, sobre la marcha, he decidido romper con lo acordado, y poner Rock & Roll... pero al radioblog le ha dado la gana de putearme, borrarme la cuenta, y que no funcione Rock & Roll, así que con cuenta nueva, he elegido poner esta pedazo de balada

sábado, octubre 28, 2006

Comfortably numb

Recuerdo que en mi primer año en Umbrete, en clase de música, los primeros días que no tenía amigos, solía ponerme solo delante, ya que yo no paraba de hablar con el profesor de bandas sonoras y de The Beatles. En esos primeros días, recuerdo perfectamente que otra de mis diversiones era leerme el libro de música. Al final de cada tema, te venía hablando de algún grupo de rock y su influencia posterior dentro de la música. Gracias a ese libro descubrí a los Dire Straits, que a día de hoy es uno de mis 3 o 4 grupos favoritos, a Jimi Hendrix, Nirvana, o a los que nos ocupan ahora, Pink Floyd. Pero a diferencia de los otros 3, mi relación con Pink Floyd empezó realmente mal.

Hablaba del disco más conocido de la banda, el Dark side of the moon, y comentaba el uso que se hizo del sintetizador Korg dentro de la banda. Yo pensé, en mi incultura propia de los 14 o 15 años: puta basura de música electrónica. Un comentario así merece no menos que me fustiguen por haber faltado al respeto de uno de mis grupos favoritos. Y es más, cuando empecé a escucharlos, con empecinamiento propio, casi me obligué a que me gustaran, pasé de ellos. Pensé que era una auténtica basura de música, escuchaba sus discos y me producían la misma sensación que cuando vi por primera vez Taxi Driver: puta basura, ¿Quién coño entiende esta cosa?. Con el paso de los años, al igual que la peli de Scorsese, la banda creada por Syd Barret se convirtió en básica en mi vida musical.

Pero el hecho de que comenzaran a gustarme se produjo por un disco sencillamente genial: The Wall. Es un disco que no tiene otra definición que surrealista... no, yo aún diría más, sobrepasa el concepto de surrealismo para convertirse en una paranoia constante que te cuenta un viaje al interior del fracaso, y que luego llevaría al cine Alan Parker, y que es mi ópera rock favorita, incluso por delante de la grandísima Tommy. Debido a esto, mi intención original era poner Another brick in the wall, mi canción favorita de los Floyd, pero ayer viendo Infiltrados, genial nueva peli de Scorsese, en la banda sonora salía el que es probablemene la canción más célebre de Pink Floyd, Comfortably numb, versionada por el propio Waters y por Van Morrison, y sin los brutales solos de David Gilmour, y qué mejor manera de conocerla mejor que poner aquí a los originales. Aprovecho para dedicársela a la pequeña wei Afi, aunque dudo que se pase por aquí, que fue quien me dijo este verano que Syd Barret había muerto solo en su casa... triste, pero descanse en paz.



Aquí va también la escena de la película



Aviso para navegantes, recuerdo que el comando antiprogre formado pr el Vargas, el pequeño impío y un servidor tiene como modelo e imagen a los Hammerheads de The Wall XD XD

jueves, octubre 26, 2006

Heart full of soul

"Jimmy Page, probablemente el mejor corremastiles de todos los tiempos..." Así empezaba un artículo hablando de este genio de la guitarra en la revista Rolling Stones de hace unos meses, que leía tranquilamente. En teoría, Rolling Stone es la gran revista musical de la actualidad, la más conocida, y la supuestamente más respetada, debido a que los que trabajan en ella son gente que sabe de música y demás paridas... ¡¡¡Y UNA MIERDA!!!. Cuando leí eso, fue coger la revista y volver a dejarla en su sitio, eso sí, lo hice con mirada de cabreo, para que alguien, probablemente el pavo que estaba a mi lado leyendo la FHM supiera de mi indignación. Llamar así a Jimmy Page es como llamar a Velázquez pintor de brocha gorda, es insultar y difamar a uno de los mayores genios que ha dado la música del siglo XX.

The Yardbirs son famosos por haber tenido a tres de los guitarristas más importantes de la última mitad de siglo, Clapton, Jeff Beck, y Jimmy Page, que entró cuando Clapton dejó la banda ante la tentativa de Beck de dejar el blues por el pop y el rock más comerciales. Cuando Clapton fundó Cream, Jimmy Page entró en The Yardbirds como guitarra rítmico, y con el tiempo, demostró que su talento era superior al de Beck y le suplió como guitarra solista, con el seguido cabreo de Beck y su salida de la banda... finalmente, Beck dejó también la banda y Jimmy se quedó como único guitarrista. Al poco tiempo, conoció a John Paul Jones y John Bonham y fundaron Led The New Yardbirds, contratando a Robert Plant como cantante... pero eso es otra historia...

El principal cometido de este post es regodearme y descojonarme de todos aquellos que van de expertos en Led Zeppelin y no conocen la existencia de The Yardbirds, uno de los grandes grupos de blues salidos de la escena musical británica en los 60, y que probablemente pasarán por este blog más de una vez. Seguramente, todos vosotros, (y cuando digo todos vosotros me refiero a Ángel, el ambiguo Marcos Domínguez, Randy y el Fat Yonki) sabéis que The Yardbirds es el germen de lo que posteriormente sería Led Zeppelin, la mejor banda de rock de los 70, y que como ya he dicho, iban a llamarse The New Yardbirds. Pues hace unos meses estaba hablando con el típico número 4 de la clasificación por taxones (friki que se pasa todo el día hablando de heavy, y que vive por y para el heavy, y su única obsesion s saber como se llamaba el perro el vecino de la novia de Steve Harris y ese tipo de detalles para demostrar en la tribu heavy que es el que más sabe), cuyo nombre omitiré por respeto, aunque alguno lo identificaréis, y se pavoneaba de que Led Zeppelin tal, Led Zeppelin cual... total, empiezo a hablar y le digo: Porque Dazed and confused, de The Yardbirds... y me salta indignadísimo: ¡¡¡¿PERO QUÉ DICES?!!! ¡¡¡ESA CANCIÓN ES DE LED ZEPPELIN!!!.

Una persona que se jacta de ser el más fan de Led Zeppelin, que se masturba pensando en los acordes del Since I've been loving you, y que no conoce a The Yardbirds... amigo mío, me parece que tú de música no heavy, cortito campeón. Me dijo que no tenía ni idea de quién eran, y que no conocía el dato de que Jimmy Page, su idolatrado Jimmy Page, hubiera estado en una banda anterior a los Led. El egocentrismo musical es muy muy malo, acabas pensando que sabes más que nadie y desconoces los órígenes de tus ídolos... Ahora veo claro que esa misma persona trabaja a mis espaldas en Rolling Stone...



Y el vídeo, contemplad el look totalmente hippie de Jimmy, y como dijo Randy, esa guitarra suena a LSD...



Hay algunas aberraciones de esta canción, como la perpretada por Chris Isaak... mejor no pensarlo

lunes, octubre 23, 2006

Pinball Wizard

Cuando en verano fuimos por primera vez al Guilles, he de reconocer que fue una noche muy buena, a pesar de algún garrulo que había por allí con su música extrema. Estábamos fuera el Vargas y yo, hablando creo que era de Lou Reed, y yo llevaba mi camiseta de John Lennon, y él la suya de The Who. Entonces, el típico garrulo que lo único que hace es escuchar basura del tipo Slipknot se nos acercó, y al ver su camiseta, dijo: ¡¡¡Hostia, un chicle!!!. No sé que clase de elemento alucinógeno habñia probado el animalico este para decir eso, aunque viniendo de un payaso con el mismo gusto musical que una bacteria lobotomizada, pues nos dio igual, pero ciertamente, toca los cojones, queráis o no. Esa noche fue la primera vez que podía hablar de The Who con alguien que no fuera Ángel, y la verdad es que me sentí muy bien, hablar de algo que no fueran guitarras embrutecidas y gritos de loco... fue reconfortante también acabar los dos cantando Pictures of Lily y Substitute fuera del puñetero local...

The Who fue una banda que descubrí gracias a Los Simpsons, igual que Led Zeppelin gracias a Otto y su famoso ¡¡¡VIVA LED ZEPPELIN!!!. Fue el capítulo en que dividen la ciudad en dos, y llegan The Who a dar un concierto. Luego se afianzó con CSI, que usaba el Who are you? como tema de apertura, y que se hizo muy muy popular en este país, a pesar de que entre la gente escuché a decir que era de los Rolling Stones, uno de los grupos más deleznables de la historia de la música.

Ahora mismo, estoy discutiendo sobre Pierrot sobre ellos, sobre si salían en la banda sonora de American Beauty, dato que desconozco, sinceramente. La idea inicial era poner Pictures of Lily, mi canción favorita de The Who, y probablemente la más mod de todas las que tenía en mente colocar, ya que también dudaba entre I can't explain y Baba O' Riley... bueno, y como si fuera mi blog de msn, aquí os dejo una perla de Los Simpsons...

- Aquí tengo una lista de canciones que quiero que toquéis
- Pero aquí hay temas que ni son nuestros
- ... ¡¡¡MAGIC BUS!!!
- La tocaremos sólo si derrumbáis el muro
- ... ¡¡¡PINBALL WIZARD!!!

Y precisamente, Pinball Wizard es la canción que vuestros oídos van a tener el placer de escuchar



Y esta vez, también se deleitará vuestra vista, porque aquí os dejo la versión de la grandísima ópera rock Tommy, sacada del disco... uno de los mejores de la banda, donde Roger Daltrey interpretaba al propio Tommy... no os la perdáis, pandilla de iconoclastas



Dedicado al fat yonki, que ahora más que nunca necesita nuestro apoyo

viernes, octubre 20, 2006

Lacrimosa

El réquiem es mi género favorito dentro de la música clásica, porque tiene una solemnidad que pocos géneros musicales poséen. Es lógico, no creo que en el funeral del emperador Pierrot II el loco pusieran El barbero de Sevilla... aunque sé que cuando ese día se produzca, más de uno lo hará.

Dentro de la música clásica tengo mis obras predilectas, igual que mis autores. Hay obras como Aria, de Bach, las 4 estaciones, de Vivaldi, la Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni, el Fortuna Imperatrix Mundi de Orff, o el vals del Danubio Azul, de Richard Strauss, y muchas otras que me ponen los pelos de punta, pero ciertamente, la que más extasiado me deja es La lacrimosa de Mozart, obra de su réquiem incompleto, que podemos ver como compuso en Amadeus, versión de la vida del genio, tergiversada por Marcos Domínguez probablemente.

La causa de que quisiera poner esta canción en el blog, aparte de porque me encanta, fue porque el otro día, mientras estaba malo, lo único qu escuché fueron dos cosas: Miles Davis, y el réquiem de Mozart, y no sé por qué, acabñe reconfortado, y mis ganas de matar se disiparon, aunque aquí viene la otra razón por la que la quería poner, ya que mis ganas de matar aumentaron cuando la glamourosa me contó que los bastardos goticuchos de Evanescence tienen una canción llamada Lacrimosa... que sepan que como sea esta, les corto los cojones y se los echo a algún perro hambriento, y a la tía le hago la ablación (si alguien se escandaliza, recuerdo que dije que este blog iba a ser totalmente autoritario y fascista.)

Como he dicho, está incabada, constando de 14 partes, entre las que yo destacría Dies Israe y la ya nombrada Lacrimosa, y aquí os dejo la letra en latín y en español.

8.- Lacrimosa
(coro)
Lacrimosa dies illa
qua resurget et favilla
iudicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus.
Pe Iesu, Domine,
dona eis requiem. Amen.


Día de lágrimas aquél
en que resurja del polvo
para ser juzgado el hombre reo.
Perdónale pues, Dios.br> Piadoso Jesús, Señor,
dales el descanso. Amén





El próximo día, y si nada malo ocurre, momento Mod...

miércoles, octubre 18, 2006

The rain song

Probablemente, algún avispado compañero seguramente pensó que el siguiente tema que sonaría sería de Led Zeppelin. Bien, pues tenía razón a medias, porque en cierto modo me he visto obligado a poner esta canción. Mi intención era poner uno de esos requiems que le saltan a uno las lágrimas con escuchar sólo las primeras notas, pero debido a un acontecimiento que me superó ayer por la tarde, he decidido cambiar el leitmotiv del tema. Y es que ayer volví a caer enfermo. ¿Víctima de qué? De la lluvia. Me he pasado todo el puente malo, y ayer por fin pude ir a clase, y además, he de decir que ha sido la hora y media que mejor me lo he pasado en los 2 años que llevo en la carrera, por algo tan simple porque di clase de cine universal. Y es un disfrute cuando tenía la oportunidad de entablar conversación con el profesor mientras todos los demás alumnos estaban callados como quien asiste a una charla sobre física cuántica. Pero amigo mío, nada bueno dura demasiado tiempo. Tenía que ir al médico, a revisión del oído cada 6 meses. Y nada, estoy pasando por el puente de San Telmo y... ¡¡¡TACHÁN!!!. Viene un golpe de viento y se carga mi diminuto de por sí paraguas. Total, tuve que caminar bajo la lluvia un buen trecho hasta la consulta...

Una vez pasadas todas las pruebas con éxito, me empieza a entrar un dolor de cabeza tremendo, y cuando voy por la calle me empiezo a encontrar mareado. Total, cuando llego a casa, pongo a Mozart, aguanto dos minutos leyendo, y me tengo que acostar, porque no podía con mi alma. Y sí, cuando esta mañana me levanto para ir a clase, por poco no me caigo de la cama del mareo que tenía...

Así que me encuentro sentado delante del pc, con na taza de Cola cao calentito y mi batín para no pasar frío, y me dispongo a escuchar una de esas canciones que hacen que entre la banda y el oyente se produzca una conexión inexplicable, auténtica magia, pues no es ni de las canciones más célebres de los Led Zepp, ni forma parte de uno de sus grandiosos discos, los más escuchados, del I al IV, el Houses of the holy, pero que a mí particularmente me deja en un estado catatónico... Por cierto, quien espere una canción del tipo Whole lotta love y no soporte las canciones lentas, que no se moleste en presionar el botón de play... disfrutad de las manos de Jimmy Page y la voz total de Robert Plant, La canción de la lluvia

lunes, octubre 16, 2006

While my guitar gently weeps

Últimamente, personas como Javi y sobre todo la glamourosa, han abierto blogs musicales de este corte. De diferente manera, ambos llevan sus correspondientes sitios como les place, evidentemente, y como sus estilos musicales distan muchísmo de los míos, hace un tiempo, hablando con Ángel, mi gurú musical, y bloger de Hipos, me dijo que me hiciera yo uno, y esa es básicamente la idea con la que nace este blog. Intentaré hacer una mezcolanza más o menos agradable de mis diferentes gustos musicales que van desde The Beatles hasta Motorhead pasando por Led Zeppelin o Miles Davis. Evidentemente, los más comerciales, y quienes esperen aquí basura de regetón o Operación Triunfo, que ni se molesten en entrar, porque aquí sólo se va a escuchar buena música... ahora sólo queda esperar a que Marcos venga a decirme qué he hecho mal.

Básicamente, el uso de este blog será para música, ya que para comentar mis paranoias y demás chorradas de las que se compone mi blog, tengo el de MSN, así que en cierto modo, este me servirá para complementar al otro, pues mis habituales lectores sabéis que siempre suelo recomendar una canción. No voy a tener una regularidad de posteo, sencillamente, cuando se me ocurra una canción apropiada, lo pondré, así que a lo mejor posteo varias veces en un día o me tiró sin postear semanas, meses, o años. También admitiré peticiones, siempre que se ciñan a mis gustos y mi criterio, que en este caso será fascistoide y totalmente autoritario.

Para comenzar, no creo que haya mejor canción que mi favorita, While my guitar gently weeps, compuesta por mi músico favorito, George Harrison, probablemente la mejor canción del grandísimo White Album, mi disco favorito de The Beatles. Esta va dedicada a mis dos colegas musicales principales a parte del Vargas, a Ángel, borrachuzo I de Glasgow, y al pequeño impío Randy, que le pone tienno esta canción... sin más dilación, y si esto funciona, disfrutad de la magia de The Beatles... y Eric Clapton