lunes, octubre 29, 2007

Lay lady lay

Dylan, Dylan, Dylan... ¿Qué se puede decir de Dylan que la prensa española no haya dicho estos días? Desde que es un bastardo hasta que, como bien dijo el crítico de televisión de Elmundo.es, pasa de todas las entregas de premios, y mucho menos, una tan cutre como el Príncipe de Asturias... ¿Qué podemos esperar de España? Va la princesa y se la aclama como si hubiera hecho algo para merecer ser hija predilecta de Oviedo... pero claro, te follas al hijo del Monarca y ya comes gratis hasta en el McDonald's. A lo que íbamos... hablar de Dylan es como hablar de Gran Hermano (o cualquier programa de telecinco), quizás no lo sigas, pero algo de él has escuchado, y bueno, en todos lados lo tienes, el último sitio, las vallas publicitarias de Ballantines, si no me equivoco...

Mi relación con Dylan es probablemente la más longeva con un músico, después de los Beatles, evidentemente. Tenía yo 11 o 12 años, no lo sé, y le descubrí por Like a rolling stone. Para muchos, la mejor canción de la historia, para mí, en su momento, una mierda de canción aburridísima. Con el paso de los años, la historia de esa bala perdida se convirtió en una de mis tres canciones favoritas, junto a While My Guitar Gently Weeps, y a Stairway to heaven. De pequeño no entendía lo que quería decir, siempre iba con esa aureola de señor protesta, y yo lo englobaba en la misma categoría de gentuza como Ismael Serrano y cía, pero decía: Será igual, pero esté es bueno. Hoy, evidentemente, lo tengo en una categoría bien distinta, y al otro... bueno, digamos que he conseguido no intentar suicidarme cuando le escucho.

Bob Dylan escribió sobre lo que quiso, cuando quiso y como quiso. Ha sido uno de los artistas insobornables, por mucho que algunos desgraciados le acusaran de venderse cuando tocó la eléctrica en el famoso concierto de Newcastle, y a pesar de hacer algunas payasadas como su conversión al cristianismo y su ridículo con el papa... haz como yo, Dylan, asume que eres un judío y disfruta de tu situación. Todos los que hemos leído sobre él sabemos que es un gilipollas, que de buena persona tiene lo que Randy de no impío (lo siento, pero no conozco el contrario de impío), y que hizo lo que le salió del forro sin tener en cuenta a quien perjudicaba, pasando incluso de su novia por aquel entonces, Joan Baez, para progresar en su carrera... pero aquí le medimos como músico, no como persona, si no yo sería el mejor músico de todos los tiempos. Cantó a la guerra, cantó a las injusticias sociales, cantó a las drogas, y, cómo no, cantó al amor. Algunas de sus mejores canciones son baladas o dedicatorias amorosas a las musas, y esta canción es una de las más brillantes, y también una de mis favoritas. You're the best thing that he's ever seen.



Y para terminar, una de mis escenas favoritas de la historia del cine. Para todos los heavys garrulos, Knockin' on heavens door no es de los Guns n' Roses, si no de Dylan. Pat Garret & Billy the Kid, brillante película con banda sonora del maestro. Otro maestro, Peckinpah, aprovecha su música para crear una de las escenas más bellas de la historia. Yo también quiero morir así, llamando a las puertas del cielo.

domingo, octubre 21, 2007

Cause we've ended as lovers

Cuando, rara vez, me pongo a hablar de sentimientos, cuando intento explicar a los demás las sensaciones que me producen determinadas cosas, me veo totalmente impotente ante la escasa capacidad que tengo para transcribir mis emociones a través de la palabra, me resulta imposible exponer con argumentos minímamente razonados lo que siento. Son meras palabras sueltas, acaso una frase mal hecha, entre constante balbuceo, lo único que alcanzo a decir. Probablemente no soy el único, supongo que no todos podemos describir nuestros sentimientos como lo hacen los escritores de primer nivel... pero claro, para algo ellos son escritores leídos en todo el mundo y yo no soy más que un palurdo que escribe en un blog que, salvo su fiel parroquia de lectores... y Marcos Domínguez, siguen habitualmente. No puedo ir por ahí cual artista bohemio plasmando mis inquietudes en una moleskine, y tampoco soy tan alucinante como para escribir una canción sobre lo que siento cuando me levanto por la mañana y veo que el mundo es una mierda o si me inspira lo suficiente la musa... no tengo ese don. Claro que, la verdad, tampoco lo busco. Nunca pensé la opción de ser músico pese a mis leves coqueteos con la batería porque sinceramente no tengo ganas de crear nada nuevo, la música que quiero escuchar ya está inventada. Quizás por ello, cuando busco transmitir sentimientos determinados, siempre elijo una canción, y le digo a determinadas personas que las escuchen. Evidentemente, no se lo digo a cualquiera, si no a esas personas que sé que me van a entender.

Por lo que he puesto arriba, porque hay sensaciones tan difíciles de explicar con las palabras, elijo quizás esta canción de Jeff Beck que va más allá de las palabras, y transmite todo mediante la melodía, un brillante ejercicio instrumental que es una de las cimas del jazz blusero, o del blues jazzy, como lo queráis llamar. Más allá de la apariencia, del significado de las letras, esta canción es puro sentimiento, y es como cuando te enamoras de alguien. Mi concepto del amor quizás es algo difuso... no me enamoro de un culo, no me enamoro de un par de tetas, ni de una sonrisa bonita (y si no me equivoco, yo he visto la sonrisa más bonita del mundo), como sí parece que puede hacer mucha gente, alguna de la cual me sorprende. No me refiero a una atracción física, si no al concepto más puro del amor, por recurrir al término más cursi posible. Eso no puede explicarse ni con letras sexuales del rock ni con el romanticismo del pop más puro, eso sólo puede explicarse mediante las sensaciones que provoca oír una canción, y esta de Jeff Beck es un ejemplo perfecto. Es como enamorarte de alguien, tienes que ser capaz de asumir que no todo es maravilloso, si no que tienes que afrontar momentos de tristeza, y no serán ni uno, ni dos, si no bastantes, pero hay que ser capaz de aguantarlo, como quien pasa una noche entera a solas escuchando blues del más amargo que se pueda, ese de ramalazos que sólo puedes percibir si has sentido alguna vez lo que quiere transmitir la canción, saber captar los silencios, el tacto de la cuerda de la guitarra como si fuera la piel de la persona que quieres, como si le agarraras la mano debajo de la mesa para que nadie os viera estar juntos, y cómo, a través de un trozo de madera, ser capaz de expresar en un par de minutos más que miles de poetas durante cientos de años, cosas que sólo pueden explicarse a través de un beso o una mirada, y entonces tienes que estar dispuesto a todo ello para al final disfrutar de los buenos momentos, que a veces son menos de los esperados, pero cuando ves la sonrisa más bonita del mundo, piensas que todo ha merecido la pena... porque yo al menos pienso que sí.



M&M

lunes, octubre 01, 2007

The show must go on

Bueno, llevaba sopesándolo un tiempo, y hoy quizás me he animado... bueno, más bien decidido. No me motiva escribir en este blog, y quizás prefiero aprovechar lo poco que escribo para estar en el de msn, así que digamos que voy a cerrarlo. Quizás no es un adiós, y sí un hasta luego, eso el tiempo lo dirá. Iba a poner a The Doors, pero como quizás no sea un adiós definitivo, prefiero decir que el show ha de continuar. Ha sido un tiempo bueno, me ha gustado escribir en este blog, que ha durado un año, pero conforme decrece el interés de la gente en el blog, que era lo único que me animaba a escribir, descendían mis ganas de seguir posteando. A mis habituales lectores y posteadores, agradecerles el tiempo que han estado aquí, a Auster, por colaborar con su post sobre Love, y a los demás... bueno, pues nada, que no suelo agradecer a la gente que no hace nada, y tampoco lo haré en este caso. Dudo mucho que lo retome, porque en su día empecé este blog para ilustrar con canciones lo que pensaba, como hacía con el blog de msn, aunque aquí de forma práctica. Me he dejado muchos grupos que quería poner aquí, como, sólo por poner un par de ejemplos... no sé... Jeff Beck, Yes, Free, Captain Beyond, Kasabian... pero bueno, ya los conoce mucha gente, así que nada.



Nos vemos!